No bien la delegación del Instituto Nacional de Antropología e Historia recomendó con discreción a los administradores y concesionarios del estacionamiento subterráneo de la Plaza de los Fundadores el retiro de anuncios luminosos, su actuación se vio desvanecida cuando estos optaron ahora por construir un elevador cubierto por una caja de materiales plásticos translú-cidos.
El letrero luminoso, por el que se advertía a los usuarios del estacionamiento la altura máxima del estacionamiento de 1.95 metros, fue sustituido por una placa con esa misma leyenda, montada sobre una estructura de acero inoxidable, descuidando que aún esta estructura altera elementos visuales del primer cuadro de la ciudad.
Los concesionarios, aparentemente contando con la autorización del INAH, del Ayuntamiento de San Luis Potosí y del gobierno estatal (que concentra el mayor número de usuarios con cajones de estacionamiento exclusivos) procedieron a romper una parte de la estructura, a fin de colocar un elevador de personas, para que éstas pudieran sortear en el ascenso desde el estacionamiento, de no más de dos metros.
La construcción de este elevador –de la que no se ha informado a los potosinos—, pretendería justificarse en la necesidad de atender a personas con problemas de locomoción.
En el curso de la semana, los usuarios de la Plaza de Fundadores reportaron la presencia del arquitecto Juan Carlos Machinena Morales, quien habría librado una recomendación que hoy mantiene a la estructura translú-cida acordonada con un listón amarillo, aparentemente suspendida.
A ese respecto, no se ha informado tampoco si los trabajos para la construcción del elevador se han realizado con o al margen de la autorización de la Dirección de Obras Públicas y en su caso, de la dependencia que resguarda el patrimonio histórico.