Tras una crisis en su organización que incluso obligó a suspender la versión de 2010, la Bienal de Pintura Rufino Tamayo llega a su edición XVI con “aires” de renovación en un intento por afianzarse como una plataforma para la promoción y registro de las nuevas propuestas pictóricas en México que rebasan el óleo sobre el lienzo.
En ello coinciden algunos de los artistas que participan en esta edición integrada por la obra de 56 pintores seleccionados de un total de mil 59 solicitudes que revisó el comité curatorial compuesto por Luis Hampshire, Patricia Soriano y Erik Castillo.
Las obras se presentarán en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo a partir del 15 de agosto, y luego en el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca, y en 2015 la muestra iniciará una itinerancia por diferentes estados del país. Los tres ganadores se anunciarán el 30 de septiembre quienes recibirán 150 mil pesos cada uno, y las pinturas premiadas se integrarán al acervo del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca. En entrevista por separado Omar Barquet (Cd. de México, 1979), Manuel Mathar (Yucatán, 1973), Mauricio Limón (Cd. de México, 1979), Cecilia Barreto (Cd. México, 1985), Benjamín Valdés (Cd. de México, 1983).
Allan Villavicencio (Cd. de México, 1987), Oscar Mendoza (Durango, 1959) y Karen Dana (Cd. de México, 1982) opinan que la Bienal se encuentra en un proceso de renovación. Apertura a nuevos soportes y lenguajes, extensión de la convocatoria al interior del país, formación de un comité curatorial, investigación del jurado sobre los artistas y su trabajo, y la selección de ganadores a partir de criterios académicos y curatoriales son algunos de los ajustes que los entrevistados definieron del concurso creado por Rufino Tamayo en 1982.
Creo que ahora hay una vocación de posicionar la propuesta como algo más amplio; de nuevo intentando otros tipos de formatos, proyectos, salidas y materiales que representan lo pictórico, y están apostando por eso. Yo esperaría que de aquí en adelante tenga una postura más amplia e integral que se acerque a la pintura actual”, opinó Barquet, quien participa por segunda ocasión. Es de los pocos concursos democráticos”, añadió Mathar, “y espero que sí funcione como un panorama de la pintura; me parece que se ha mejorado mucho en esta edición que se hizo una labor profunda de investigación, y espero que vaya haber mucha más diversidad de propuestas y artistas”.
La crítica de los artistas es que en ediciones previas la calidad de las obras seleccionadas había caído, y en consecuencia la credibilidad de la Bienal como una plataforma para el posicionamiento de los pintores en México quienes sí ven en este encuentro un trampolín para la promoción de su obra.