Trabajar en el Congreso del Estado

En la LX legislatura ya se siente la ebullición del próximo proceso electoral y de los 27 legisladores es probable que pidan licencia 20 o más de ellos.
Los cargos de elección popular son irrenunciables ya que se violentaría la voluntad electoral de la ciudadanía si alguno renunciara o pidiera licencia definitiva.
Pero convenencieros legisladores han modificado, la Constitución Local y el reglamento interior del congreso del estado, para pavimentar a modo el camino que lucrativamente les lleve a buscar simultáneamente otro cargo de elección popular.
A pesar de estar investidos como diputados la licencia no los exonera del cargo constitucional.
Es necesaria una reforma al reglamento interior del Congreso del Estado para que sea efectivo desde el primer día de actividades y desde luego, de percepción de sueldos de la legislatura, una bitácora por escrito y firmada de las actividades que cotidianamente realicen los señores diputados. Ya no más, solo informes anuales de “producción legislativa de fracción parlamentaria”.
Es por ello que la propuesta de reforma de la cual no se debe aceptar rechazo, consiste en una bitácora pública de las actividades cotidianas de los legisladores y de las diferentes direcciones que existen en el Congreso del Estado.
La población tenemos la necesidad de saber qué hacen nuestros diputados los directores de las diferentes áreas del Congreso diariamente, ya que les pagamos un promedio de 6 mil pesos diarios incluyendo dietas o sueldos, bonos, compensaciones sin tomar en cuenta personal de apoyo, vehículos, combustible, gastos para estacionamiento, viáticos o gastos de representación, seguro de vida, seguro médico, esto entre los renglones más frecuentes.
Y a los directores de área se les pagan sueldos que ya desearía cualquier gerente de la zona industrial.

Yo estoy seguro que como patrocinadores, o patrones tenemos el derecho y obligación de supervisar qué hacen nuestros representantes, nuestros mandatarios, (mandatario es el que obedece el mando) y para evitar lapsus y olvidos, haremos un formato de reporte cotidiano por lo menos de 8 horas de trabajo de nuestros representantes y directores de área; y no solo eso, también se debe de exigir el reporte de los llamados asesores que ganan salarios que en muchas ocasiones los envidiaría cualquier catedrático universitario, es decir, son percepciones que rebasan los 20 mil o 40 mil pesos.
Son muchos los cientos de millones anuales de pesos que la población invertimos o destinamos a la elaboración de leyes, reglamentos y a las reformas de leyes y reglamentos obsoletos. Y el sueldo que les damos, es algo que muchos diputados ni en sus sueños más alucinantes se hubieran imaginado percibir.
Y en el pueblo de México ya estamos cansados de cebar haraganes ignorantes investidos de legisladores.
Y además por lo común exigen amplias camionetas de ocho cilindros para ellos y vehículos último modelo para sus asistentes y asesores. El gasto que se destina para cada uno en combustible es de alrededor de 5 mil pesos mensuales. Yo considero que es indispensable que se justifique plenamente el uso de estos vehículos, porque es público y conocido que frecuentemente los utilizan para ir a sus distritos para hacer campaña política a favor de su partido o de su próximo puesto de elección popular. Es necesario trasformar al país y exigir que nuestros representantes sean eso: nuestros representantes y no empleados de confianza de sus partidos políticos.