La CNDH pidió vigilar albergues desde 1998

Desde hace 16 años, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) recomendó al Sistema Nacional DIF que garantizara la adecuada asistencia social de las personas en estado de abandono, desamparo y maltrato.

También pidió que ante el creciente número de niños y jóvenes en esa situación, creara el número suficiente de instituciones que les dieran albergue y una atención basada en el respeto a los derechos humanos.

Esto, luego de que documentó un caso de abuso y maltrato similar al que la PGR detectó recientemente en el albergue La Gran Familia, de ZamoraMichoacán.

De acuerdo con el expediente relacionado con la recomendación 86/1998, el 28 de mayo de 1996 la CNDH recibió una queja suscrita por seis voluntarios, quienes denunciaron que en la institución de asistencia privada El Recobro, donde prestaban sus servicios, estaban recluidas contra su voluntad unas 110 personas, entre ellas niño, adultos, ancianos y personas con discapacidad, que habían sido enviadas ahí por el DIF y la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).

En su queja, los empleados del centro aseguraron que las donaciones de carácter privado y el subsidio público que recibía este albergue eran usados por la directora del centro para su beneficio personal.

Señalaron que en El Recobro las personas vivían en condiciones de hacinamiento e insalubridad y que algunas eran víctimas de abuso sexual y de maltrato físico por parte de los encargados.

Después de investigar el albergue, ubicado en ese entonces en el Barrio de San Marcos, en Xochimilco, la CNDH comprobó diversas irregularidades y constató que, al enviar a las personas a estos lugares, autoridades del DIF y de los gobiernos del DF y del Estado de México violaron, entre otros, derechos a la alimentación, a la protección de la salud, a la vida, al trato digno, a la integridad física, a la protección y asistencia de los niños privados de su medio familiar y a una atención adecuada e integral.

El organismo, que era dirigido por Mireille Roccatti, comprobó que el centro no tenía instalaciones ni personal especializado.

De esas 110 personas, 39 habían sido canalizadas por las entonces Agencias Especializadas de Asuntos de Menores e Incapaces de la PGJDF. Al entrevistar a la directora del albergue, Rosilia Ruiz Guerra, informó que esta asociación la creó en 1989 y que era atendida por ella y algunos familiares.

Refirió que se sostenía principalmente de donativos de centros comerciales y de ayuda de particulares, pues las aportaciones de las dependencias eran escasas.

Entre los abusos detectados por la CNDH se encontró que a las cuatro de la mañana todos eran levantados para bañarlos con agua fría, que no cenaban y que algunos dormían en el piso por falta de colchonetas. También detectó que, a pesar de que entre la población había personas con problemas siquiátricos, no había servicio médico ni especializado para ellos, por lo que por lo menos tres de ellos tuvieron que ser hospitalizados debido al deterioro de su salud, además de que un menor había muerto por desnutrición.

Sin apoyo de instituciones

Las instituciones que referían a las personas —los DIF de Tlalnepantla de BazAtizapán de ZaragozaNaucalpan de JuárezTepotzotlán, El Oro y San Antonio La Isla, en el Estado de México, así como las procuradurías del DF y la mexiquense— argumentaban que lo hacían porque no tenían los espacios ni el personal adecuados para atenderlos.

Pese a ello, instituciones como el DIF de Naucalpan reconocieron que no proporcionaba subsidios para apoyar la labor del albergue.

La CNDH constató que tampoco había una vigilancia sobre la forma de operar de este albergue por parte de las instituciones.

Por ello, recomendó al entonces jefe de Gobierno del DF, Cuauhtémoc Cárdenas; al gobernador mexiquense, César Camacho, y al secretario de Salud, Juan Ramón de la Fuente, que se abstuvieran de seguir enviando personas a El Recobro y a que, en la medida de lo posible, reubicaran a los internos a instancias especializadas.

También les pidió que realizaran una supervisión sistemática del funcionamiento de estos centros, que crearan más albergues para atender a más personas y que protegieran y ofrecieran una atención adecuada a la población vulnerable.

El Recobro sigue funcionando, pero en nuevas instalaciones y con población dividida en dos centros. El destinado a las mujeres y niños se localiza en la colonia Parque San Andrés, enCoyoacán, y el segundo, para hombres, en la colonia Ciudad Cuauhtémoc, en el municipio de Ecatepec.