La delicada situación política en el este de Ucrania no evitó que iniciara la Liga Premier de futbol que arrancó con derrota para el Metalurg de Donetsk 0-2 contra el Dnipro de Dnipro-vetrovsk.
Sin embargo el conflicto que se mantiene desde abril, como consecuencia de la anexión de Crimea a Rusia ha tenido innegables repercusiones en el balompié profesional ucraniano.
Primero está la situación de los jugadores, extranjeros principalmente, que temen por su seguridad y en días recientes han empezado a desertar de su clubes. Tal y como ocurrió con los sudamericanos del Shaktar Donetsk en el Metalist de Kharkiv y Volyn de Lutsk ocurrió una situación similar.
También, para esta temporada, el número de equipos participantes se redujo de 16 a 14, ya que los clubes pertenecientes a la región de Crimea, Tavriya de Simeropol y FC Sevastopol obtuvieron el permiso para formar parte ahora de la Liga rusa, esta vez como FC Skif Simferopol y FC Flota del Mar Negro respectivamente.
Aunado a lo anterior, los equipos cuya sede se encuentra próxima a la región separatista, no cuentan con la certeza de estar seguros ante cualquier eventualidad, situación que se agravó con el derribo de un avión malasio, presuntamente impactado por un misil proruso.
En tales condiciones, la primera jornada de la liga ucraniana continua a falta de vislumbrar como se desarrolla y las decisiones que la federación de ese país este dispuesta a tomar. Una muestra de que el futbol no puede mantenerse al margen de cualquier conflicto social.