Deshabituantes del tabaco

La adicción hacia el tabaco está íntimamente relacionada con la nicotina, componente que al ingresar al organismo estimula la liberación de algunas sustancias cerebrales, por ejemplo, dopamina y norepinefrina. La primera de ellas se asocia con la sensación de placer y relajación, por lo cual la persona tiene la necesidad de fumar constantemente, en tanto que la segunda mejora el estado de alerta e incrementa el nivel de energía. Al fumador le cuesta trabajo dejar el cigarro debido a que, transcurrido un tiempo, las células de su cerebro se adaptan al desequilibrio químico y aumenta el número de receptores de nicotina, por esta razón desarrolla dependencia a esta sustancia. Al dejar de fumar, el individuo resiente la falta del compuesto adictivo del tabaco, lo que deriva en el síndrome de abstinencia, cuyos síntomas incluyen: Depresión. Mal humor. Dificultad para conciliar el sueño. Frustración. Problemas para concentrarse. Cansancio. Aumento del apetito. Ansiedad. Aunque dejar fumar no es sencillo, existen productos conocidos como deshabituantes del tabaco que ayudan a sobrellevar los síntomas del síndrome de abstinencia, ya que proporcionan pequeñas dosis de nicotina que, conforme avanza el tratamiento, se van reduciendo de forma gradual hasta que desaparece la dependencia. Asimismo, el tratamiento puede incluir administración de tranquilizantes naturales, medicamentos para el insomnio y suplementos alimenticios que mejoren la memoria y concentración. Parches: deshabituantes del tabaco con efecto de hasta 24 horas Proporcionan a lo largo del día pequeñas dosis de nicotina a fin de que no se manifiesten los síntomas de la abstinencia; están disponibles para etapas inicial, intermedia y final, y controlan hasta por 24 horas el deseo de fumar. Para usarlos es preciso seguir estas recomendaciones: Lavarse las manos antes y después de su colocación. Abrir el empaque tirando de las uñas protectoras. Poner el parche sobre zona seca y sin vello (por ejemplo, estómago o parte superior del brazo). Retirarlo después de 24 horas y usar uno nuevo. El riesgo de adicción hacia el parche es bajo, ya que la nicotina que suministra es absorbida por el cuerpo con mayor lentitud que la que se encuentra en los cigarros, además, es un proceso de deshabituación, por lo que es recomendable pasar por las tres fases para lograr abandonar la dependencia. No se debe fumar mientras se siga este método, ya que la concentración de esta sustancia adictiva en el organismo puede causar afecciones cardiovasculares. Como efectos secundarios al uso del parche, es posible que se presenten comezón, enrojecimiento, dolor de cabeza, mareos y ardor en el estómago. Goma de mascar: pequeñas dosis de nicotina en la boca El principio es el mismo que el de los parches; se reemplaza la nicotina del cigarrillo por la de otra fuente y, como ventaja adicional, se ha comprobado que alivia los síntomas del síndrome de abstinencia en forma rápida. Durante el período en el que se sigue este método el paciente con tabaquismo aprende a no asociar situaciones de estrés, enojo o aburrimiento con el cigarro, ya que desde las primeras semanas se empieza a dejar el hábito de fumar, por lo que es posible centrar la atención y el tiempo en otras actividades. Es importante mencionar que la efectividad de estos deshabituantes del tabaco depende de una técnica correcta de masticación, la cual consiste en: Masticar el chicle suavemente hasta que se sienta fuerte sabor o ligera comezón en la lengua, lo que indica que parte de la nicotina ha sido suministrada, a continuación, la goma debe colocarse entre mejilla y dientes sin masticar. Volver a masticarla cuando la sensación de comezón desaparece. Cada pieza debe ser mascada por 30 minutos. En cuanto a la duración del tratamiento, se ha establecido que para obtener buenos resultados es necesario masticar una pieza de chicle cada dos horas por un lapso de 1 a 3 meses, pero en cuanto se reduzca el consumo a 1 ó 2 durante todo el día se puede dejar de recurrir a este método. Algunos pacientes muestran leves efectos secundarios, que incluyen hipo, molestias gástricas y dolor de mandíbulas, los cuales desaparecen si el producto se utiliza en forma correcta. Inhalador: ayuda a imitar el acto de fumar Consta de una boquilla y cartucho que contiene nicotina, la cual es liberada en pequeñas dosis, asimismo, su uso puede ser herramienta clave para reducir sustancialmente el consumo de tabaco, ya que el inhalador, además de contener la sustancia adictiva, imita ciertos aspectos del acto de fumar, es decir, se puede llevar a la boca como si se tratara de un cigarro. Se recomienda seguir este tratamiento durante tres meses, periodo en el cual se va reduciendo la dosis original hasta que ya no se necesite el sustituto de nicotina. Es importante mencionar que puede ocasionar leves efectos secundarios, como tos, irritación en nariz, boca y garganta, acidez y náusea, mismos que desaparecen en dos semanas.