Un médico dijo a la policía que un paciente había matado a tiros a una trabajadora social en un complejo hospitalario, antes de que el doctor sacara su propia arma y le hiriera en una balacera, según dijo el jueves por la noche un fiscal.
Una bala rozó en la sien al doctor Lee Silverman, psiquiatra, durante el tiroteo en su oficina con el paciente Richard Plotts, según el fiscal del distrito de Delaware, Jack Whelan.
Whelan identificó a la trabajadora social fallecida el jueves por la tarde en el Hospital Mercy Fitzgerald como Theresa Hunt, de 53 años. La trabajadora, originaria de Filadelfia, había acompañado a Plotts a una cita con Silverman en un centro de crisis cerca del hospital en Darby, al suroeste de Filadelfia, según las autoridades.
«Cuando la trabajadora fue abatida, (Silverman) se agachó detrás del escritorio para evitar ser baleado», dijo Whelan. «Pudo llegar a su arma, y dándose cuenta de que era una situación de vida o muerte, pudo entablar un intercambio de fuego con el acusado».
El enfrentamiento consiguiente llegó hasta el pasillo, dijo Whelan. Otro médico y un trabajador social intervinieron para ayudar a Silverman y asegurar el arma de Plotts, señaló. El motivo del tiroteo seguía sin estar claro el jueves por la noche, aunque Whelan dijo que Plotts, de Upper Darby, podría haber tenido diferencias con el médico sobre su tratamiento. No está claro si por eso Silverman estaba armado, algo que al parecer va en contra de la política del hospital.
«Creemos que podría haber algunos problemas entre el médico y el paciente, pero si le tenía miedo no está claro», dijo el fiscal. «De acuerdo con todas las versiones, (él) habría actuado en defensa propia». Plotts, de 49 años, seguía en quirófano en el Hospital Universitario de Pensilvania tras resultar herido de gravedad por varios disparos, mientras que Silverman había sido atendido y dado de alta. Las llamadas telefónicas a la casa del médico no recibieron respuesta. El jefe de la Policía de Yeadon, Donald Molineux, dijo que «sin duda creo que el doctor salvó vidas». «Sin esa arma de fuego (del psiquiatra), esta persona (el paciente) habría salido al pasillo y recorrido las oficinas hasta que se le acabara las balas», agregó.