Armadoras mexicanas, cerca del liderazgo en AL

El crecimiento de la producción automotriz, que en 2013 reportó cifras históricas, y el reciente arribo de inversión extranjera a esta industria, son factores que animan a pensar que México se convertirá en el “Pequeño Detroit de Latinoamérica” en un periodo no mayor a cinco años.

Analistas e investigadores del sector automotor destacan las ventajas y fortalezas que ofrece el país no sólo sobre las economías emergentes, sino también sobre las desarrolladas, para consolidarse en el corto plazo entre las naciones con mayor potencial para la industria.

“En cinco años México se convertirá en el país productor número uno de Latinoamérica, por delante de Brasil, que hoy se encuentra 20% arriba por alrededor de 700 mil vehículos, pero los recientes anuncios de Honda, Nissan con Mercedes-Benz y BMW, para invertir y producir vehículos aquí, son excelentes noticias”, dijo José María Pertusa, CEO de Carmudi México.

De acuerdo con la Organización Internacional de Constructores de Automóviles (OICA), México ocupó la octava posición mundial en 2013, con 3 millones 52 mil 395 unidades, arriba de países con tradición como Reino Unido, Francia y España.

Felipe Platas, gerente de Contenido de la consultoría analítica, subraya que a México se le observa como una futura potencia de la industria automotriz, que aplica muy bien el modelo de negocio de la cuna de las marcas estadounidenses.

Detroit es la capital de fabricación de autos del mundo y el modelo de negocio que sigue México es exactamente el mismo, de clúster, que no concibe a empresas aisladas, sino como un ecosistema en el que los fabricantes conviven quienes aportan componentes.

Pertusa se rehúsa a calificar a México como un clúster, pese a que hay dos estados que trabajan “espectacularmente bien”. El primero, Guanajuato, tiene a fabricantes como Honda, GM, Volkswagen y próximamente Mazda, mientras que en Puebla destaca el ejemplo de Volkswagen y en breve Audi. “Ambos siguen el mismo modelo que Detroit”, destaca.

Guillermo Rosales, director general adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), destaca que el fortalecimiento del sector y la apertura de nuevas plantas en el país obedecen en gran parte a que las armadoras han sabido aprovechar las facilidades que brindan los gobiernos locales a través de infraestructura básica como parques industriales y acceso a la logística necesaria en corredores como el Bajío (Querétaro, San Luis Potosí y Aguascalientes) y al norte, en Coahuila y Sonora.

Rebasar a Brasil

Pertusa, de Carmudi, se dice optimista por el prometedor futuro de la industria nacional, a pesar de que las cúpulas del sector —la AMDA y la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA)— han recortado sus estimaciones de ventas para este año de un millón 128 mil unidades, a un millón 105 mil autos, ante la debilidad del mercado.

Cabe mencionar que al cierre del primer semestre del año, de acuerdo con el reporte de AMIA, el mercado local acumula una caída de 0.3%, es decir mil 627 vehículos menos que en el mismo periodo de 2013.

La consultora IHS Global Insight, coincide sobre el fortalecimiento que tendrá el sector automotriz pero apunta que será entre 2016 y 2020 cuando México superará a Brasil y se ubicará como el sexto fabricante de autos en el mundo.

Guido Vildozo, gerente para Latinoamérica de IHS, abunda que la estimación se sustenta en tres pilares: la inversión de armadoras como Nissan, Honda y Mazda, y más recientemente Mercedes-Benz y BMW que ha llegado al país para instalar nuevas plantas, pero también por la posible recuperación de las exportaciones hacia EU y al impulso de ventas en el mercado mexicano.

Para Carmudi, México es un ejemplo por el volumen de inversiones que ha captado este año: en fechas recientes se dieron a conocer las cifras de Honda, con 800 millones de dólares (mdd); Audi, mil 300 mdd, Mercedes-Benz, con mil 300 mdd, y BMW con mil mdd.

De acuerdo con cifras de la Secretaría de Economía, en los últimos dos años, la industria automotriz captó 21% de la Inversión Extranjera Directa (IED), equivalente a 13 mil 263 mdd o 1.14% del PIB.

Japón, jugador clave

La producción de autos japoneses en México se elevará de 800 mil a 1.7 millones de unidades una vez que se concreten las inversiones anunciadas por empresas de ese país en los últimos meses, afirma el presidente del organismo de comercio exterior japonés (Jetro), Hiroyuki Ishige.

Mazda, Honda Nissan y Toyota anunciaron inversiones que en conjunto suman más de 5 mil millones de dólares en proyectos iniciados entre el 2007 y lo que va de 2014, mencionó ayer el director de ProMéxico, Francisco González.

La producción en el país alcanzará 4 millones de vehículos una vez que se concreten los ocho nuevos proyectos de la industria automotriz, de los cuales cinco son de empresas japonesas, mencionó.

“México podría posicionarse como el mayor productor de vehículos de la región y sobrepasaría a Brasil”, afirmó durante el Seminario de Negocios México-Japón.

Mano de obra

Parte del éxito que la industria automotriz mexicana cosecha en el plano internacional, como el crecimiento de la producción y exportación de 7.4% y 9.7% en el primer semestre, respectivamente, obedece a la ubicación geográfica del país y a las ventajas competitivas que ofrece a los inversionistas.

Sin embargo, también se debe a la oferta de jóvenes ingenieros que se integran a la actividad productiva en el país, pues son alrededor de 113 mil egresados al año.

“Además de la red de acuerdos comerciales que nos permiten participar en los principales mercados sin pagar aranceles, de manera muy importante se ha integrado una cadena de recursos humanos de alto nivel, y el crecimiento de jóvenes ingenieros que se están integrando al proceso productivo, desde la producción hasta el ensamblaje”, comenta Guillermo Rosales, director adjunto Ejecutivo de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA).

“Hoy en día cuando hay un técnico recién egresado, la empresa que lo contrata le tiene que dar un entrenamiento de entre seis y 18 meses antes de soltarle una línea de prensas, una de inyección de plástico o un robot”, apunta Óscar Albín, presidente ejecutivo de la Industria Nacional de Autopartes (INA).

Para Rosales, la cantidad de nuevos ingenieros que surgen cada año en el país forma parte de un todo, incluidas las facilidades que brindan los gobiernos locales a través de infraestructura básica como los parques industriales y accesos a la logística necesaria para que esas inversiones puedan desarrollarse en corredores del Bajío y en puntos del norte, como Ramos Arizpe, Coahuila o Hermosillo, Sonora, sin dejar de lado el polo de desarrollo que ha sido durante muchas décadas Volkswagen en Puebla.

“Esta experiencia acumulada ha permitido que en la industria automotriz crezca la expectativa de nuevas inversiones; en contraste, lo que no se ha podido consolidar es un mercado interno fuerte y eso provoca que más de 80% de la producción local se destine a la exportación y que, en términos de ventas de vehículos nuevos, en México estemos muy rezagados”, destaca.