El hospital Puerta de Hierro es uno de los más caros y prestigiosos de Guadalajara. Está ubicado en una de las zonas de privilegio de la ciudad, rodeado de torres de departamentos exclusivos. Ahí está internada Rosa del Carmen Verduzco (Mamá Rosa) a quien le aplicaron un cateterismo.
La paciente de la habitación 315 tendrá que pagar 70 mil pesos por esa intervención cardiaca, según la tarifa normal de ese hospital. Además de que la habitación que ocupa está entre los tres mil a cinco mil pesos, según los servicios accesorios que se puedan incluir.
Pero además, los médicos están atentos porque la mujer de 85 años que llegó alrededor de las nueve de la mañana del lunes, también es diabética, que por el momento está controlada esa enfermedad, no así los males cardiacos.
El hospital redobló la vigilancia en cuanto se conoció que llegaría su paciente, con personal muy discreto y siempre atento, custodios con camisa rosa a rayas y pantalón azul, atentos a los extraños que se acercan a preguntar por Mamá Rosa. A algunos de ellos le toman los datos de su identidad y domicilio y hasta toman fotografías. Pero nadie puede pasar a visitar a la enferma del 315 a menos que sea autorizado de antemano.
Aun cuando la directora del albergue de Zamora, Michoacán está controlada con el cateterismo que se le aplicó de inmediato en cuanto llegó, ya que fue atendida rápidamente en cuanto se abrieron las puertas de la ambulancia que la trajo. Nada tuvo que esperar como hubiera sucedido en un nosocomio del sector salud público. Además fue llevada a una habitación muy semejante a una suite de hotel.
Sigue latente la instrucción de que si Mamá Rosa se agrava en sus males cardiacos será llevada de urgencia al Hospital de Cardiología de la Ciudad de México. Por el momento está estable con el tratamiento aplicado en el lujoso hospital de esta ciudad.
Personal del hospital informó a los periodistas el hospital que por el momento no se dará información sobre el estado de salud de la señora Verduzco, ni se programarán comunicados médicos o conferencias de prensa. Además no permiten a los comunicadores estar en la acera de enfrente del nosocomio, por eso se refugian en el camellón.