Es sorprendente ver que la población migrante en la actualidad no sólo se reduce a hombres que buscan un futuro mejor, pues ahora vemos familias completas, mujeres embarazadas o con un bebé recién nacido, y hasta niños de cinco años de edad, que se exponen a la violencia, crimen organizado y accidentes, destacóPilar Cruz Zúñiga, de la Universidad Pablo Olavide en Sevilla, España.
La investigadora resaltó que por las situaciones de desigualdad que existen en cada país, donde las sociedades cada vez están inmersas en procesos socioeconómicos de desigualdad, la gente siente la necesidad de salir: “desde los años 80, cada vez son más las mujeres quienes desarrollan proyectos autónomos de migración con sus familiares, y otras veces se ven en la necesidad de trasladarse solas a otros países donde puedan encontrar trabajo para sostener a sus familias”.
Muchas veces, señaló, se trata de mujeres solas, madres solteras que están a cargo del hogar: “este tipo de migración se debe de mostrar no sólo desde el punto de vista negativo, porque piensan que si se va la mujer, se va la madre y la familia queda desestructurada”.
Detalló que el caso de niños migrantes es cada vez más frecuente: “Ahora mismo, la alarma en Estados Unidos es sobre este tema; están impactados por la gran cantidad de niños que atraviesan las fronteras no acompañados. Normalmente hay familiares que hacen con ellos la ruta migratoria, pero ahora podemos ver niños que van completamente solos, tal vez a encontrar a sus familiares en Estados Unidos; en otros casos se ha detectado que son niños que en sus localidades no tienen familia, o vienen de familias desarraigadas y con grandes problemas, y ven en la migración una salida para encontrar otro tipo de vida y una solución a sus problemas”.
“Es tremendo que ellos tengan que hacer este tipo de rutas; gente que viene de los países limítrofes con México para atravesar la frontera. Ellos solos tienen que tratar de sustentar de alguna manera sus alimentos, vivienda, la ruta del tren y atravesar todas las dificultades que se encuentran en el camino. Una de estas problemáticas está relacionada a la drogadicción, en cómo los menores -para sobre llevar el hambre- se hacen adictos a las drogas, y eso dificulta más este movimiento migratorio”.
La maestra Cruz Zúñiga indicó que desde la perspectiva de derechos humanos a nivel mundial, es muy importante ayudar a que sus garantías no sean violentadas, pero sobre todo, la sociedad, instancias sociales, gubernamentales y casas de migrantes, coadyuven sus esfuerzos en apoyarlos. A la par, la investigadora española señaló que se debe procurar ampliar la visión de los derechos humanos, procurando el bienestar de los migrantes que en el cruce de fronteras atraviesan muchas circunstancias de vulnerabilidad.
La catedrática de la Universidad Pablo Olavide impartió en la Facultad de Derecho “Abogado Ponciano Arriaga Leija” de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, el curso “Procesos migratorios y derechos humanos” donde hizo un llamado a la protección de los derechos humanos de los migrantes.