Artista, ejecutiva, maestra, ama de casa, contadora, estudiante o científica. No importa en qué se desempeñe, ella ha conquistado trascendental lugar en la sociedad mexicana, pero también ha adquirido nuevos hábitos y acelerado estilo de vida que repercuten en su salud.
Lo que hace algunas décadas fue hecho sorpresivo, ahora es realidad gratamente consolidada. Con base en eficiencia, dedicación, esfuerzo y responsabilidad, el género femenino ha mostrado su capacidad para desenvolverse con éxito en los ámbitos profesionales más diversos, a la vez que sigue ocupando papel fundamental en la organización del hogar.
Así, es común que la toma de decisiones en empresas, centros escolares, instancias de gobierno y familias considere la opinión y propuestas de la mujer, además de que es fácil descubrir que su poder adquisitivo le permite contar con mayor independencia de acción en un mundo que parecía diseñado sólo para su contraparte masculina.
Sin embargo, el Dr. Miguel Márquez Espinosa, ginecólogo adscrito a la Unidad de Medicina Federal No. 79 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), localizada en el Estado de México, opina que “este mismo panorama ha ocasionado que en la actualidad el género femenino presente importante incremento en el número de problemas cardiacos y respiratorios. Sabemos que la mujer, por naturaleza, tiene mayor propensión a sufrir presión arterial alta (hiperten-sión) y enfermedades del corazón (cardiopatías), pero el tipo de vida que lleva ahora ha sido determinante para observar incremento en obesidad, diabetes (elevación de azúcar en sangre), tabaquismo y alcoholismo”.
En efecto, las estadísticas obtenidas en años recientes muestran que la mujer mexicana sufre hoy enfermedades que históricamente afectaban sólo a los hombres, sin dejar de mencionar que los sectores productivos en que está incursionando favorecen estados de tensión y nerviosismo constantes.
Al respecto, la Dra. Gabriela de la Riva, psicóloga, especialista en el estudio de grupos humanos y presidenta de De la Riva Investigación Estratégica, comenta que “sabemos que no vivimos buenos tiempos para la salud mental y emocional debido a las presiones laborales, exigencias en horarios y estrés al que nos sometemos.
Además de que algunos de nuestros estudios nos han permitido saber que, en concreto, el género femenino tiene gran necesidad de reconocimiento hacia su labor productiva, en el hogar o en pareja. Empero, también hemos entendido que, en la medida en que se le valore y se le demuestre aprecio de distintas maneras, la mujer va a estar mucho mejor, más contenta y realizada”.
Nuevos háAbitos, nuevos problemas
Al reflexionar sobre cuáles son los padecimientos más habituales que enfrenta como ginecólogo, el Dr. Márquez Espinosa explica que “las mujeres de hoy trabajan, ganan un sueldo y, en consecuencia, muchas de ellas desean contar con las mismas oportunidades que los hombres. Así, van a fiestas, consumen bebidas alcohólicas, fuman y tienen relaciones sexuales con varias parejas porque cuentan con mayor poder económico”.
La primera consecuencia de este hecho es el aumento en el número de infecciones de transmisión sexual (ITS), ocasionadas por bacterias, hongos, virus y parásitos que se transmiten cuando se tiene contacto íntimo sin protección. Una de las más frecuentes es la candidiasis, que genera secreción vaginal blanquecina y comezón, si bien, por fortuna, es relativamente fácil de controlar, pero hay otros padecimientos de este tipo mucho más peligrosos, como clamidiasis (en ocasiones genera infertilidad), gonorrea (se puede extender por el organismo e infectar la sangre) o síndrome de inmunodeficiencia adquirida (ocasionado por el VIH, que ataca al sistema de defensas del organismo), los cuales obligan a emprender medidas de prevención más eficaces.
Más aún, el ginecólogo explica que hay cierto caso que llama la atención poderosamente: “Hemos observado en los últimos años un incremento en el número de pacientes infectadas con el virus del papiloma humano, que ataca los tejidos húmedos (mucosas) de los órganos reproductores femeninos y es la principal causa de cáncer en el cuello del útero o matriz (cervicovaginal). El problema es grave si tomamos en cuenta que este padecimiento tumoral es la primera causa de muertes femeninas”.
Asimismo, el médico indica que el número de casos de cáncer de mama o seno también se ha vuelto más voluminoso, pues a pesar de que este problema se suele relacionar con factores hereditarios (es más común en aquella mujer cuya madre o abuela lo padeció), el riesgo de sufrirlo suele verse favorecido por el uso de pastillas anticonceptivas, a las cuales recurren pacientes con vida sexual activa.
Por otra parte, el Dr. Miguel Márquez explica que el aumento en el consumo de tabaco ha ido de la mano con mayor predisposición a sufrir cáncer pulmonar, en tanto que la creciente ingesta de bebidas embriagantes ha hecho factible la aparición de tumoraciones en el estómago y cirrosis hepática (formación de cicatrices en el hígado que restan efectividad al funcionamiento de dicho órgano).
Mención especial merecen la falta de actividad física (sedentarismo), mal manejo de estrés y dieta rica en grasas, carne y harinas refinadas, pues se trata de hábitos ampliamente difundidos.