La puesta en escena «Adiós, Carlota» anunció su última temporada en el Castillo de Chapultepec, del 24 de julio al 10 de agosto, con funciones de jueves a domingo.
Es una obra creada con títeres hiperrealistas de Gerardo Ballester Franzoni.
La historia expone a «Carlota», anciana y perseguida por las sombras del pasado, pero con un momento de lucidez antes de su muerte. Al descubrir algo entre sus apasionadas memorias, se libera de la culpa que la abrumó durante años.
A diferencia de otras puestas en escena que relatan paso a paso su historia, «Adiós Carlota» reinterpreta los actos que llevaron a la emperatriz a la locura, a través de una fragmentación de episodios de su vida.
Se trata de una adaptación que supone cómo pudo haber sido la vida interior de la emperatriz Carlota (1840-1927) poco tiempo antes de su muerte y en la que se busca rescatar el lado humano de una mujer que fue educada dentro de la realeza y que pierde la razón al enfrentarse con el mundo real y el fusilamiento de su esposo, Maximiliano de Habsburgo.
Los títeres hiperrealistas mezclan la técnica japonesa bunraku y los títeres de mesa, en cámara negra. De acuerdo con Gerardo Ballester, «son marionetas que logran hacer gesticulaciones casi reales, muy semejantes a las de cualquier persona.
«Creamos un mecanismo por medio del cual colocamos las cabezas y desde ahí se pueden manipular los ojos, la boca y las mejillas».
La obra es muda, por lo que los paisajes emocionales son enfatizados con efectos sonoros y música de piano en vivo que interpreta la rumana Deborah Silberer.
«Adiós Carlota», bajo la dirección escénica de Artús Chávez, se presentó a principios del año en la Sala «Xavier Villaurrutia», del Centro Cultural del Bosque.
En octubre de 2013, se escenificó en el Museo Nacional de Historia en el Castillo de Chapultepec, y ahora vuelve otra vez.