Indicador Politico

Por Carlos Ramirez

Desde que se legalizó el Partido Comunista Mexicano en 1978 para romper con el dominio del PRI en el Congreso, la oposición nunca ha pensado en construir un equilibrio institucional sino en acceder al reparto de beneficios económicos.
Los nuevos tres partidos registrados por el nuevo Instituto Nacional Electoral no contribuyen a consolidar el sistema democrático sino que benefician al PRI porque fragmentan al centro-derecha y al centro-izquierda, dividen el voto y no cohesionan al electorado.
Asimismo, los tres nuevos partidos nacen sin ideología y sólo como desprendimientos de partidos existentes: el Humanista proviene del PAN, Morena sale del PRD y Encuentro Social revive el fracaso de la socialdemocracia acomodaticia. De hecho, para beneficio del PRI, los tres fragmentan el voto de corrientes activistas importantes.
El nuevo sistema mexicano de partidos está respondiendo a la crisis ideológica que ha heredado el colapso del pensamiento histórico del PRI en 1990 cuando Carlos Salinas de Gortari liquidó a la Revolución Mexicana como ideología política. Desde entonces, la ausencia de una ideología llevó a un pensamiento político molusco, sin sistema óseo, acomodaticio, diríase que líquido al estilo Zygmunt Bauman.
La crisis de la ideología trasladó la lucha política de los proyectos de nación a los liderazgos caudillistas: el PRI y el PAN padecen de liderazgos sin carisma, el PRD sufre la disputa entre los caudillos Cuauhtémoc Cárdenas y López Obrador y los nuevos partidos estarán dirigidos por administradores políticos. Y si bien en sus proyectos de gobierno existen diferencias, todos los partidos se aglomeran en el centro pero sin ofrecerle al electorado una propuesta viable de ideología aplicada.
La crisis de los partidos se refleja no sólo en el registro de nuevos sino en la posibilidad de que algunos desaparezcan del mapa en las elecciones del 2015 porque las reformas ya no permiten esconder seguidores reales en las coaliciones. El PT y Movimiento Ciudadano se montaron en el PRD y López Obrador, Nueva Alianza nació con la maestra Elba Esther Gordillo como pivote pero está arrestada y sólo el Verde ha podido sobrevivir con su discurso ecológico.
De los tres nuevos partidos es probable que sólo sobreviva Morena por el liderazgo caudillista de López Obrador, y los otros dos se desvanezcan en la niebla de la apatía electoral, y con mayor razón por la necesidad de acreditar 3% de los votos para mantener el registro. Hasta ahora no existen indicios de que Morena le quite votos al PRI, y sí al PAN y al PRD.
El nuevo sistema de partidos no rompe con la estructura oligárquica existente en ellos como dirección. En España, el colapso de los partidos políticos llevó a la victoria significativa del movimiento Podemos formado por críticos antisistémicos y el desmoronamiento de los tradicionales PSOE y Partido Popular. Los movimientos sociales han pasado de la protesta callejera a la construcción de una organización partidista para combatir al sistema desde dentro de las estructuras.
La gran crisis de los partidos radica en la selección oligárquica de candidatos, como lo han confirmado los dedazos de López Obrador violando sus propios estatutos registrados en el INE. De ahí que la única manera de revivir el sistema de partidos sea a través de elecciones primarias para elegir a candidatos mediante votos y no dedazos y de esa manera institucionalizar una verdadera representación política.
Por lo pronto, el sistema de partidos seguirá siendo ineficaz para la democracia y el registro de nuevos partidos fue una falla del nuevo-viejo INE.