Ellos soportan nuestro peso y nos transportan de un lugar a otro pero no solemos prestarles demasiada atención. “No cuidamos de los pies con el mismo mimo que hacemos con la cara, la boca, los ojos o cualquier otra parte del cuerpo”, comenta José Luis Moreno, jefe de Estudios de Podología de la Universidad Alfonso X El Sabio de Madrid.
En verano, cuando acostumbramos a andar descalzos por la playa o sobre el césped de la piscina es habitual que, entre los dedos de los pies, queden restos de hierba, arena, cuerpos extraños y gérmenes. Sepa qué atenciones necesitan durante la temporada estival.
El doctor Moreno destaca la importancia de lavarse bien los pies, limpiarse los espacios interdigitales, secarse convenientemente entre los dedos, controlar el estado de las uñas y vigilar por si aparecen grietas.
“Si nos limpiamos adecuadamente y nos secamos bien, incluso con un secador de aire entre los dedos y alrededor de las uñas, ya habremos dado un paso importante”, subraya el podólogo. “Después, si vemos que la piel está seca o está demasiado dura, debemos aplicar una crema emoliente para que esa dureza o sequedad vayan mejorando”, añade. El especialista indica que si, a pesar de lavarnos, secarnos y aplicarnos crema, encontramos algún signo de patología o algo que nos parezca extraño en nuestras extremidades inferiores, debemos acudir a un podólogo.
Problemas frecuentes. El Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de Estados Unidos describe los problemas que con más frecuencia sufren los pies. Uno de ellos son las infecciones por hongos. “Los hongos pueden causar piel seca, enrojecimiento, ampollas, picazón y descamación, algunas difíciles de curar”, expone el especialista.
Para prevenir su aparición, esta entidad recomienda mantener los pies limpios y secos, cambiarse los zapatos y las medias o calcetines a menudo y no adquirir zapatos apretados.
Otro problema habitual son los callos y las callosidades.
“Los callos normalmente aparecen en la parte superior y a los lados de los dedos, mientras que las callosidades se forman en las plantas de los pies”, apunta el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento.
“En estos casos lo más conveniente es visitar a su médico, especialmente si tiene diabetes o problemas circulatorios”, recomiendan desde el mencionado instituto.