Los soberanos belgas y sus hijos inician su verano entre pingüinos

Los Reyes de los belgas y su familia disfrutan por fin de su verano. Una semana después de asistir a la boda del príncipe Amadeo y Lili Rosboch, los soberanos y sus hijos han comenzado sus vacaciones estivales por su reino, ya que consideran que es muy importante que sus hijos conozcan bien su propio país. Felipe y Matilde de Bélgica llevaron a sus cuatro hijos -la heredera Elisabeth (de 12 años), el príncipe Grabriel (de 10), el príncipe Emmanuel (de ocho) y la princesa Eleonor (de seis)- al parque marino de Blankenberge, una localidad de la costa flamenca, donde posaron para una sesión de fotográfica.
Los Reyes y sus hijos visitaron el parque como una familia más y todos se lo pasaron en grande, especialmente cuando dieron de comer a los pingüinos.
Se trata del segundo posado veraniego que hacen Felipe y Matilde como soberanos, ya que fueron coronados como reyes el 21 de julio de 2013, tras la abdicación de Alberto de Bélgica.
Durante este año, su reinado no ha estado exento de polémica.
Los medios belgas comentan que la relación entre el antiguo soberano y su hijo no pasa por uno de sus mejores momentos, a juzgar por la entrevista no autorizada por palacio que concedieron Alberto y Paola de Bélgica hace un mes.
Sin embargo, durante la boda del príncipe Amadeo y la periodista Lili Rosboch se respiró gran cordialidad entre ellos.
Tampoco ha ayudado a mejorar la imagen de la Familia Real de los belgas que Alberto y Paola de Bélgica no interrumpieran sus vacaciones en el extranjero cuando el príncipe Laurent permaneció semanas hospitalizado y en coma inducido por una grave neumonía hace unos meses; ni se consideraron oportunas unas posteriores declaraciones de la reina Paola acerca de la vulnerabilidad del príncipe Laurent para justificar su ausencia.