El duelo de pontífices

No obstante que “es poco probable que los Papas vean el partido”, como advirtió el portavoz de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, la gran final del Mundial de Futbol Brasil 2014 se ha transformado en un auténtico “derby”, en una especie insólita como seguramente irrepetible de clásico que contrapondrá, deportivamente hablando, a Francisco, el argentino Papa reinante, y a Benedicto XVI, el alemán hoy papa emérito.

Tan es así que los medios de información de todo el mundo siguen subrayando esta insólita contraposición deportiva recordando la gran pasión por el futbol del papa Francisco y un hecho poco conocido, que Benedicto XVI es socio honorario del equipo alemán Bayern Munich.

Si bien esto último no cancela que el Papa emérito nunca haya mostrado un particular interés en el deporte, no está por demás recordar que en un libro de su autoría, Cercate le cose di lassù, Benedicto XVI afirma que el juego es una especie de regreso al Paraíso.

“El juego es una acción completamente libre, sin fines ni constricciones que empeña todas las fuerzas del hombre”, lo cual, “en este sentido, podría ser una especie de regreso al Paradiso: una evasión tanto de la esclavizante vida cotidiana como de la necesidad de ganarse el pan de cada día para así vivir la libre seriedad de aquello que no es obligatorio y por lo tanto es bello”, escribe el Papa emérito en este libro publicado hace algunos años.

El papa Francisco, por su parte, nunca ha ocultado ser un auténtico fanático del futbol y también ser, desde siempre, un gran hincha del San Lorenzo de Almagro, un equipo del futbol argentino nacido en uno de los tantos barrios de la ciudad de Buenos Aires, cuyos dirigentes y jugadores estuvieron recientemente en la plaza de San Pedro para regalar a Francisco una camiseta del club y una réplica de la copa de campeones del futbol argentino ganada semanas antes.

“Francisco seguramente se informará” sobre el resultado del encuentro Argentina-Alemania, comentó el padre Lombardi recordando asimismo el poco interés de Benedicto XVI hacia el deporte, lo cual no excluye la posibilidad, agregó, que en esta ocasión pueda ver el partido.

Abundando en este tema, el portavoz vaticano también advirtió que ninguno de los dos papas “tomará partido” por una u otra selección, porque “los Papas son superiores”, cosa que no venía al caso, pero que ellos “siempre dicen que gane el mejor”.

No obstante la casi segura ausencia de los Papas en esta final, por internet han aparecido una enorme cantidad de fotomontajes que hacen ver a los Pontífices preguntándose, “¿dónde vemos el juego, en tu casa o en la mía?” o saludándose y diciendo deportivamente “que gane el mejor”.

Estas y muchas otras imágenes han despertado la fantasía y el interés económico de los llamados bookmakers británicos quienes, según la prensa inglesa, han comenzado a hacer apuestas en relación a si los Papas serán o no retratados mientras ven el partido.

Difícil se ve sin embargo que Francisco y Benedicto XVI vean juntos o por separado la final del Mundial. Fuentes cercanas al Papa, completando lo dicho por el padre Lombardi, han referido que no creen que Francisco vea el juego porque la hora en que será transmitido —las 10 dela noche— “no es compatible con su rutina”, mientras que sobre del Papa Ratzinger han dicho que a esa hora seguramente ya dormirá, aludiendo a su desinterés por el deporte.

Pero si los Papas no verán el partido, muchos prelados en el Vaticano, seguramente estarán pegados a la televisión este domingo. “La mayor parte de mis colaboradores son europeos. Con alguno de ellos ya hay tensiones, así que imaginen qué sucederá el domingo. Lo único que espero es que no me den el pésame”, comentó en tono de broma el cardenal argentino Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las iglesias orientales.

La representación alemana en el Vaticano es por su parte bastante amplia. Además del Papa emérito y su secretario y Prefecto de la Casa Pontificia, monseñor Georg Ganswein, cuenta en sus filas con los miembros del Pontificio Colegio Teutón de Roma muchos de los cuales, según dicen, son grandes hinchas del equipo comandado por Joachim Löw.

Llevando al extremo esta irrepetible confrontación papal-futbolística, algunos medios hablan por su parte de una posible y secreta plegaria del papa Francisco en favor de los albicelestes recordando la famosa Mano de Dios de Maradona, que este domingo podría llevar la “firma del Pontífice argentino”, y afirmando que en “la guerra y en el amor todo se vale”.