El presidente de Rusia Vladimir Putin continúa su viaje por Latinoamérica para reforzar su influencia en la región con una visita el sábado a la presidenta Cristina Fernández, con quien ha mostrado buena sintonía a partir de las críticas hacia las potencias de Occidente en el conflicto de Ucrania.
Ambos mandatarios se reunirán a partir de las 13 hora local (1600 GMT) en la Casa de Gobierno de Buenos Aires, donde se prevé una protesta de organizaciones de lesbianas, gays, bisexuales y trans por impulsar en su país leyes que penalizan la diversidad sexual.
Marina Mironova, de 38 años, una maestra rusa que perdió su puesto debido a su orientación sexual, está pidiendo asilo en la Argentina con su pareja y su hijo Nicolás, de 16 años.
«No es solo el problema del gobierno sino que la sociedad rusa nos discrimina» , dijo Mironova en ruso a través de un intérprete. «Tengo conocidos que se suicidaron por la discriminación. Queremos quedarnos acá y casarnos legalmente. Hay libertad, la gente es linda y la presidenta es tolerante» .
También la comunidad ucraniana local protestó la visita del mandatario ruso, a quien acusa de entrometerse en asuntos internos de Ucrania.
En una concentración frente a la Casa Rosada, la sede del gobierno, una pancarta mostraba dos manos pintadas de rojo con el lema «Putin tiene las manos llenas de sangre» .
«Protestamos la presencia de Putin en Argentina porque se entromete en asuntos internos de Ucrania, financia la guerrilla separatista, no respeta las minorías y es el culpable de asesinatos» , dijo Jorge Danylyszy, presidente del Consejo Superior Central de Ucrania en Argentina.
«A la presidenta le advertimos que Putin no es confiable. Entendemos las necesidades comerciales del pais, pero no nos conviene.»
Fernández acusó a Estados Unidos y Gran Bretaña en marzo de tener un doble criterio al oponerse a un voto de secesión prorrusa llevado a cabo en Crimea mientras apoyan un referendo sobre el estatus de las Islas Malvinas, gesto que Putin supo agradecer con una llamada telefónica a la gobernante y ahora con la visita a Buenos Aires antes de asistir a la final del mundial de Brasil y a la cumbre de ese país, Rusia, India, China y Sudáfrica -el llamado grupo BRICS de las principales economías emergentes- en Fortaleza.
La mandataria argentina, que reaparecerá en público luego de permanecer más de una semana sin actividad oficial debido a un cuadro de faringolaringitis, apuesta por una declaración de apoyo de Rusia en su disputa con inversores, llamados «fondos buitres» , que demandaron al país sudamericano en tribunales de Estados Unidos por su deuda impaga desde 2001. El escenario propicio sería la cena de gala que Fernández ofrecerá al presidente Ruso y a la cual invitó a sus colegas sudamericanos José Mujica, de Uruguay; Evo Morales, de Bolivia; y Nicolás Maduro, de Venezuela.
En materia de acuerdos, el gobierno ruso confirmó que ambos presidentes firmarán un convenio de cooperación nuclear con fines pacíficos.