Museo del Templo Mayor acoge muestra sobre la sexualidad en Occidente

Un total de 180 piezas prehispánicas que dan cuenta de la concepción mesoamericana en torno al hombre y la mujer, integra la exposición «Semillas de vida. La sexualidad en Occidente», que puede ser visitada en el Museo del Templo Mayor, en esta ciudad.
La muestra, compuesta por acervos de los museos regionales de Guadalajara, Colima y Michoacano, así como del Soumaya, da cuenta del pensamiento de los artistas mesoamericanos, a través de figuras de barro, piedra y concha.
Al inaugurar la exhibición, Teresa Franco, directora general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), destacó que, como sociedades agrícolas, las culturas de Mesoamérica, y en particular las de esta región, vivían en un mundo donde lo natural y lo sobrenatural se entrelazaban.
Nuestros antepasados plasmaron el cuerpo humano de una manera habitual, aunque cargada de un profundo simbolismo, y la sexualidad es un elemento preponderante en estas representaciones plásticas, expuso.
Las piezas reflejan sus roles como elementos sociales, al definir y diferenciar las relaciones entre lo femenino y lo masculino, refirió Franco, ante la presencia de José Enrique Ortiz Lanz, coordinador nacional de Museos y Exposiciones del instituto, y Carlos Javier González, director del Templo Mayor.
Por otro lado, el arqueólogo Daniel Ruiz Cancino, curador de la exposición, señaló que la dualidad es el punto de partida de la cosmovisión mesoamericana, donde los contrarios se complementan y se necesitan para existir.
En ese sentido, mencionó que «el hombre se vinculaba con la vida, el calor y la luz, mientras la mujer se asociaba con la muerte, el frío y la oscuridad».
De acuerdo con Ruiz Cancino, las representaciones de parejas en el Occidente son constantes y muy pocas demuestran actos sexuales explícitos.
Las representaciones de mujeres se da frecuentemente con vientres y pechos prominentes, en ocasiones decorados; acuclilladas para dar a luz o amamantando.
En el caso de figuras masculinas, algunas presentan ausencia intencional del falo, ya que fueron encontradas por personas que se los destruían por considerarlo obsceno.
Otras son una metáfora de la penetración de la tierra. La masturbación buscaba ofrendar el flujo vital: el semen; tal acto y la punición del pene para sangrarse eran actos rituales que simbolizaban la fecundación.
Carlos Javier González, director del Templo Mayor, enfatizó que «Semillas de vida. La sexualidad en Occidente», que podrá ser visitada hasta el 28 de septiembre de 2014, es un acercamiento al orden cíclico y dual que permitió a sus creadores recrear un universo sexuado.