Tres adolescentes israelíes que fueron secuestrados por palestinos en la ocupada Cisjordania el
mes pasado recibieron al menos 10 balazos con un arma con silenciador, en lo que parecieron ser matanzas premeditadas, dijo un funcionario estadounidense involucrado en la investigación.
La revelación entró en conflicto con la especulación de algunos analistas israelíes y palestinos de que los captores buscaban tomarlos de rehén para un intercambio de prisioneros, pero entraron en pánico y los mataron.
La matanza de los tres estudiantes de un seminario judío siguió al colapso de las conversaciones de paz, patrocinadas por Estados Unidos, en abril. Uno de ellos, el joven de 16 años Naftali Fraenkel, también tenía ciudadanía estadounidense.
La policía israelí cree que las matanzas llevaron a judíos de extrema derecha a secuestrar, matar e incendiar los cuerpos de un joven palestino en venganza, un incidente que también contribuyó al surgimiento de tres semanas de enfrentamientos entre combatientes de Hamas en la Franja de Gaza y el Ejército israelí.
Desaparecidos desde que hicieron autoestop hacia su casa el 12 de junio, sus cuerpos fueron descubiertos recién el 30 de junio. Israel culpa a Hamas por sus muertes.
Pero el grupo islámico palestino no ha confirmado ni negado la acusación.
Uno de los tres israelíes, Gil-Ad Shaer, de 16 años, llamó a la policía y dijo «¡Me han secuestrado!» después de que él,
Fraenkel y Eyal Yifrah, de 19 años, ingresaran a un coche que los investigadores sospechan era manejado por un militante de Hamas que se hizo pasar por un judío religioso. Un segundo hombre armado disfrazado se sentó en el asiento delantero del acompañante.
Un funcionario de Estados Unidos involucrado en la investigación dijo que el FBI, cuyo mandato incluye el secuestro de estadounidenses en el exterior, recibió una grabación de la llamada de Israel a los pocos días y la envió para un análisis de audio en Estados Unidos.