Robots humanoides: ¿Ficción o realidad?

La idea de seres mecánicos ha fascinado desde hace tiempo a inventores, ingenieros, matemáticos y soñadores. Desde el Hombre de Hojalata de El Mago de Oz, los robots asesinos de Terminator, la idea de máquinas que actúan y piensan como personas nos ha fascinado.

En la mitología griega el Dios Vulcano forjó doncellas mecánicas de oro y mesas de tres patas que podían moverse por sí mismas. En el 400 a. C. el matemático griego Arquitas de Tarento escribió sobre la posibilidad de hacer un pájaro robot impulsado por vapor.
En el siglo 1 d. C., Herón de Alejandría (a quien se le atribuye la primera máquina basada en vapor) diseñó autómatas, uno de ellos capaz de hablar, según la leyenda. Hace novecientos años, Nal Jazari diseñó y construyó máquinas automáticas tales como relojes de agua, aparatos de cocina e instrumentos musicales impulsados por agua.
En 1495 el gran artista y científico Leonardo da Vinci dibujó bocetos de un caballero que podía levantarse, agitar los brazos y mover la cabeza y la mandíbula. Los historiadores creen que este es el primer diseño de una máquina humanoide.

El primer robot tosco pero operativo, fue creado en 1738 por Jacques de Vaucanson, quien hizo un androide que podría tocar la flauta y también un pato mecánico.
La palabra “robot” se encuentra por primera vez en la obra R.U.R., del autor checo Karel Capek, que significa trabajo duro en lengua checa o en el eslovaco.
En la actualidad se ha logrado un gran avance en el desarrollo de este tipo de robots, pero sin poder alcanzar las instancias mencionadas por las historias de ficción o míticas antes mencionadas. Hoy en día se pueden encontrar robots de este tipo, haciendo recorridos en algunos museos o tocando algún tipo de instrumento, pero sin lugar a dudas, el robot más avanzado en su tipo es “ASIMO” (Advanced Step in Innovative Mobility), diseñado por la compañía Honda. Este robot tardó más de 30 años en su desarrollo.

Entre las características que posee ASIMO se encuentra la capacidad de caminar, correr, correr en reversa, brincar en una o dos piernas de manera continua, mantener el equilibrio en superficies irregulares.
Gracias a su tecnología puede mover cada uno de los dedos de la mano de manera autónoma y realizar actividades con gran precisión, además de que la coordinación entre sus sensores visuales y auditivos, le permite reconocer simultáneamente los rostros y voz de personas, incluso si hablan al mismo tiempo.
Tres tecnologías son clave para lograr la autonomía de ASIMO:

Reconocimiento del entorno a partir de múltiples sensores, capacidad que le permite integrar información diversa como sonidos o los movimientos de las personas a su alrededor y así modificar su ruta rápidamente.

Capacidad de comportamiento autónomo a partir de la información externa, con lo cual el robot puede determinar su comportamiento sin necesidad de ser controlado por un operador.

Alto nivel de equilibrio en su postura, que le permite mover rápidamente sus extremidades para recuperar el equilibrio.

DOF (Degrees of Freedom) o grados de libertad y hace mención al número de movimientos que puede realizar.

A pesar de que la tecnología actual no permite la construcción e los robots de las historias de ficción, el avance vertiginoso de la ciencia y tecnología hace posible el pensar que dentro de 50 años o tal vez un poco más, la ficción deje de serlo y se convierta en algo real.

Algún día, como lo afirmó Jame McAlear, o quizá dentro de los próximos treinta años dejaremos calladamente a todo el mundo porque estaremos haciendo las cosas más brillantes en esta tierra.

(Fuente: El Heraldo de Zacatecas)