El viernes, Kanye West recibió aplausos cuando cantó y abucheos cuando habló. El rapero, esposo de la socialité Kim Kardashian, se presentó en el Wireless Festival realizado en el Finsbury Park de Londres, Inglaterra. Fue presentado como la máxima estrella del cartel en el segundo día del festival y todo iba bien hasta que decidió interrumpir el concierto para hacer una declaración política.
El problema es que el monólogo duró mucho tiempo. Algunos asistentes calculan que West estuvo hablando veintes minutos pero otros dicen que fue media hora.
El problema no sólo fue la duración sino que las denuncias de West tampoco parecieron interesar mucho a los asistentes, que comenzaron a abandonar el parque.
El cantante habló, como suele hacerlo, en contra de marcas de moda como Nike, Louis Vuitton y Gucci, a las que acusó de racistas por imponer falsos modelos de belleza anglosajona. “No me discriminen porque soy un hombre negro haciendo música. Estoy viviendo mi sueño”. Aunque al principio sus fans aplaudieron, luego lo abuchearon y al final abandonaron el show.
