El presidente Barack Obama ha decidido no solicitar por ahora nueva autoridad legal para deportar más rápido a los menores migrantes no acompañados.
El enfoque es un cambio en la forma que la Casa Blanca había indicado que planeaba actuar y sigue a las críticas de defensores de los inmigrantes que dijeron que la postura del gobierno era demasiado dura.
La decisión fue confirmada el lunes por dos asistentes legislativos que hablaron a condición de no ser identificados porque no estaban autorizados a hablar antes del anuncio oficial.
Obama planea pedir el martes al Congreso más de 2 mil millones de dólares en gastos de emergencia para hacer frente a la ola de niños inmigrantes centroamericanos que cruzan solos la frontera de México con Estados Unidos.
Por ahora el presidente no pedirá al Congreso cambiar la ley para permitirle enviar los niños de regreso a su país con rapidez. Funcionarios de la Casa Blanca dijeron que de todas formas desean tener más autoridad para actuar con más rapidez.