Alfredo Di Stéfano, la "saeta rubia"

Di Stéfano falleció el lunes en Madrid tras sufrir un paro cardiorrespiratorio el sábado, informó el Real Madrid. Tenía 88 años

Cuando Alfredo Di Stéfano llegó a España, nadie había visto un futbolista igual. Las defensas no podían pararlo. Le llamaban la «saeta rubia» y durante su etapa como jugador ascendió al olimpo del fútbol mundial.

Di Stéfano falleció el lunes en Madrid tras sufrir un paro cardiorrespiratorio el sábado, informó el Real Madrid. Tenía 88 años.

Famoso por su puntería, habilidad y versatilidad, la brillantez de Di Stéfano iluminó el fútbol argentino, colombiano y en especial el español entre 1943 y 1966, período en el que anotó 789 goles en 1.090 partidos.

Fue la mayor leyenda del Real Madrid de las cinco Copas de Europa, y hasta sus últimos días se desempeñó como presidente honorario del club. El delantero argentino fue elegido mejor jugador de Europa en 1957 y 1959.

Su gran asignatura pendiente fueron los mundiales.

Vistió las camisetas nacionales de Argentina, España y Colombia, pero nunca disputó una Copa del Mundo. Algo que, de todas formas, no le impidió ser considerado uno de los grandes de la historia del fútbol junto con titanes como Diego Maradona o Pelé.

Afincado en Madrid desde los años 50, Di Stéfano fue un futbolista tanto o más querido en España que en su Argentina natal.

«Me van a perdonar, yo sé que ustedes los españoles quieren mucho a don Alfredo, pero déjenme decirles que don Alfredo es nuestro, es argentino» , dijo Maradona en 2009 en una gala organizada por el diario Marca en la que coincidieron el propio Maradona, Di Stéfano y Lionel Messi.

Di Stéfano nació el 4 de julio de 1926 en Buenos Aires y comenzó su carrera con River Plate en 1943, antes de unirse a Millonarios de Colombia seis años después. Ganó seis campeonatos de liga con ambos clubes, dos con el cuadro argentino y cuatro con el colombiano.

En 1953 el Barcelona dijo haber contratado a Di Stéfano después que llegó a un acuerdo de transferencia con River Plate, que aún tenía los derechos del jugador. Sin embargo, el canje fue puesto en duda cuando el Real Madrid también negoció su fichaje, pero con Millonarios.

La Federación Española de Fútbol adoptó entonces una decisión tan salomónica como imposible, autorizando a Di Stéfano a repartir sus cuatro años de contrato entre los dos equipos.

Sin embargo, bajo el argumento de que estaba siendo presionado por el gobierno dictatorial del general Francisco Franco, el Barcelona decidió retirarse y permitió al Madrid contratar a un jugador que cambió la historia del club merengue y le convirtió en el mejor equipo del siglo XX, según la FIFA.

El episodio de Di Stéfano contribuyó a encender la rivalidad entre Barcelona y Madrid, que en aquella época no era tan grande como en la actualidad.

Menos de tres años después de su llegada a la capital española, el Madrid de Di Stéfano conquistó su primera Copa de Europa tras derrotar 4-3 al Stade Reims de Francia, en París. El argentino marcó en las siguientes tres finales y el Madrid estableció una racha de victorias sin precedente en esa competencia.

La última final de Di Stéfano en la Copa de Europa, disputada en 1960 en el Hampden Park de Glasgow, fue probablemente su mejor partido. Ante 127.000 aficionados, firmó un triplete en el triunfo del Madrid por 7-3 contra el Eintracht de Francfort.

«Todo lo que hice lo hice por el Real (Madrid)» , afirmó Di Stéfano. «Revolucionamos la Copa de Europa con cinco títulos seguidos» .

Ese mismo año ayudó al club español a GANAR la primera Copa Intercontinental entre los campeones europeos y sudamericanos, con un marcador global de 5-1 sobre el Peñarol de Uruguay.

En sus últimos cuatro años con el Madrid, Di Stefano ganó otros cuatro campeonatos de liga, para un total de ocho con él en sus filas. El delantero encabezó la tabla de goleadores en cinco de sus 11 temporadas con el club, después de meter 216 goles en 282 partidos de liga. Anotó 49 veces en 58 partidos en competencias europeas, un récord del torneo que tardó más de cuatro décadas en ser superado.

«Alfredo andaba por todo el campo, sin una posición fija y siempre buscaba la forma de recibir el balón» , relató el defensa uruguayo José Emilio Santamaría, quien formó parte de aquel Madrid histórico. «La prueba está en la cantidad de goles que hizo, porque siempre estaba buscando un espacio libre donde poder recibir la pelota» .

«Tenía resistencia, fuerza, entusiasmo, amor, fe. Me gustaba estar en todas partes: ser todo» , explicó Di Stéfano en una entrevista al deportivo argentino Olé. «En el Madrid, a la gente no le interesa si ganás sin haber jugado bien» .

Di Stéfano dejó el Madrid tras meter 454 goles en 684 partidos y se marchó a Barcelona, aunque esta vez con el Espanyol, donde jugó dos temporadas antes de retirarse a los 40 años.

El Madrid considera al argentino una leyenda. Un espejo en el que mirarse y una inspiración en el concepto más atractivo y de buen fútbol que representa. En el 2000, Florentino Pérez nombró a Di Stéfano presidente de honor del club. La ciudad deportiva del Madrid también lleva su nombre.

«Él (Di Stéfano) nos mostró el camino, nos enseñó el estilo y los valores imprescindibles para lograr la fortaleza que nos ha acompañado a lo largo de toda nuestra historia» , confesó Pérez en una ocasión. «Di Stéfano se convirtió en el primer gran icono universal del Real Madrid» .

Por diversas circunstancias nunca pudo participar en un Mundial, aunque sí disputó partidos con la selección de Argentina, la colombiana y la española.

Como entrenador, llevó a Boca Juniors y a River Plate a obtener campeonatos de la liga argentina, y ganó la Recopa de Europa, el campeonato de la liga española y la Copa del Rey con el Valencia. También dirigió al Madrid entre 1982 y 1984.

En octubre del 2011, fue elegido como el primer ex futbolista en integrar el recién creado Salón de la Fama de la FIFA.