Por parte de su directo-ra, Magdalena Fernández de Castro, la Escuela de Artes Escénicas Escena 3 dio a conocer por medio de un comunicado publicado en la página oficial de la institución que cerrará definitivamente sus puertas a partir del mes de agosto próximo debido a una «crisis financiera» insostenible. Una decisión que se vieron forzados a tomar, por un decrecimiento de más del 60 por ciento en las inscripciones para este último año y la falta de apoyo gubernamental y privado a las escuelas orientadas a la formación artística.
Aunque también se atribuye este estado de cosas a el aumento desmedido de pequeñas academias que no están debidamente sustentadas que preparan de manera deficiente a sus alumnos en disciplinas artísticas, Escena 3 (fundada en 2006) mantendrá su actual Diplomado en Teatro Musical con apoyo del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), sólo cambiará de sede como señaló su coordinador, el español Jordi Vall.
Crisis de diferentes tipos
Respecto de esta preparación deficiente, explicó que «la mala y pobre cultura» de los llamados nuevos talentos refleja no sólo su «poca preparación, disciplina y compromiso» hacia las artes, sino también su creencia de que «con unos cuantos meses de formación, están listos para salir al mundo laboral».
Aspecto que promueven «los generadores de espectáculos que por ahorrar en sus presupuestos los contratan y continúan fomentando y provocando este ciclo de nuevos artistas con baja formación». La directora de Escena 3 destacó la distinción que tienen por ser formado-res de personalidades y artistas que hoy se encuentran laborando en el medio escénico en diferentes disciplinas, así como productores de espectáculos escénicos y generadores de alianzas con instituciones como la Universidad de Guadalajara.
“Una cadena en donde sin escuelas, no hay artistas preparados, sin artistas, no hay productos artísticos y sin productos artísticos, no hay movimiento cultural» mencionó la directora de la academia.
Se sigue buscando apoyo
Ante esta situación, comenta Fernández de Castro que al aminorarse el número de alumnos las cosas empeoraron (ya se tenían dificultades serias desde noviembre de 2013) pues no debe olvidarse que «nuestras instalaciones son costosas porque están bien acondicionadas y nuestra ubicación muy buena», pero no han tenido respaldo «ni empresarial ni del gobierno», cuando «deberían voltear a ver a estas escuelas».