- El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció reiteradamente que con su llegada a la presidencia de la República terminaría la corrupción y tendrían 500 mil millones de pesos adicionales para gastar en los requerimientos de la población.
Pero hoy en los hechos se ve un gobierno cada vez más necesitado de dinero, que ha reducido los salarios, quitado prestaciones, eliminado servicios, eliminado plazas, y en este punto crece la duda de si hay recursos escondidos, que se pretenderían utilizar para las elecciones de 2021, o simplemente guardarlos con algún fin oculto a la población.
El primer problema viene de esa cifra mágica, inexistente, que por alguna razón ha usado López con frecuencia. Nadie sabía cuánto se iba en corrupción ni lo sabemos hoy. Todo indica que el dinero sigue desapareciendo igual o más que antes, pero el caso es que no existe, no hay dinero en las arcas federales.
El segundo problema es la creencia, que compartía López Obrador, que el gobierno es rico. A grandes números, el gobierno ejerce cerca de 6 billones de pesos, pero una parte de ello ya está comprometida.
Entre servicio de deuda pública, participaciones y pensiones, se va más de 40 por ciento de ese dinero. Y cada año ha ido creciendo en un punto porcentual por año. Lo que el gobierno realmente puede gastar son 3.3 billones.
De ese monto tiene que salir para todo: maestros, médicos, Pemex, CFE, militares, funcionarios. Todos los materiales que se usan en el gobierno, los servicios que contratan, la construcción de carreteras o lo que sea. Y también de ahí salen transferencias a organizaciones o personas.
Puesto que López Obrador quería incrementar estas transferencias, y no ha tenido más dinero, lo que ha ocurrido es que ha tenido que reducir el gasto en todo lo anterior. Por eso usted ve un gobierno cada vez más menesteroso.
El gasto que llaman ‘social’ se ha incrementado notoriamente. En 2018, entre las secretarías de Educación, Salud y Desarrollo Social, que son las que ejercen casi todo este recurso, se transfirieron 500 mil millones de pesos a diversos grupos, vía Prospera, becas, pensiones de adultos mayores, Seguro Popular, etcétera.
En 2020, esta cifra fue de 650 mil millones de pesos, con una distribución diferente: Prospera y Seguro Popular desaparecieron, las pensiones de adultos mayores se triplicaron, se crearon nuevos programas (Jóvenes Construyendo el Futuro, Sembrando Vida, etcétera). Por otra parte, para construir los proyectos ‘emblemáticos’ de este sexenio, se destinaron 55 mil millones este año.
La nueva forma de ejercer el gasto social regala dinero a diversos grupos (sobre todo adultos mayores), pero, a cambio, ha desprotegido a los más pobres, a quienes cubrían Prospera y el Seguro Popular. López Obrador está convencido de que así debe ser, porque ese programa de ‘viejitos’ le fue muy útil en su paso por el entonces DF, y ahora lo ha ampliado a jóvenes y a ‘agricultores’, esperando una vez más el voto de todos estos “beneficiados”.
Sin embargo, la razón más importante de que falte dinero es Pemex. La empresa no ha podido cubrir los ingresos petroleros esperados, porque la verdad es que esperaban demasiado.
Mientras que el incremento a programas sociales fue de 150 mil millones, Pemex ha dejado de entregar 250 mil millones cada año.
Y el presidente continúa con la obsesión de ganar las elecciones de 2021 que le permitan cómodamente continuar en el poder. Esto será obtenido más votos de las personas a las que les está regalando dinero a través de los llamados “programas sociales”.