Empleamos el horror como metáfora para hablar de nuestros errores: Haghenbeck

Latinoamérica vive un auge en la literatura del horror porque ofrece la ventaja de hablar de los errores y horrores del ser humano a través de metáforas, apunta el escritor Francisco Haghenbeck, autor de Sangre helada, donde combina un episodio poco conocido de la historia de México con el renacimiento de un dios prehispánico.
Ese episodio es el campo de concentración para alemanes que el gobierno mexicano estableció en Veracruz. El dios prehispánico es Xipe Totec, el señor desollado.
En este libro, publicado por Océano, quería regresar al género del horror o el género que le llaman ahora fantástico o fantasía urbano-oscura, que me gusta mucho, y uno en los que me siento más a gusto, dice en entrevista vía telefónica.
Quería regresar porque siento que viene un auge de éste género en Latinoamérica, porque nos sirve para hablar de cosas, de los horrores humanos, a través de los terrores paranormales, algo que hizo fantásticamente Mariana Enríquez en el libro que ganó el Premio Herralde; pero hay un sinnúmero de escritores colombianos, peruanos, que están haciendo lo mismo y por ahí va la cosa: podemos voltear a ver nuestros errores del pasado a través del espejo del horror como una metáfora.
El horror ha sido un género que ha permitido entender los miedos de la sociedad. Tenemos a Frankenstein, que era el miedo a la ciencia, o Drácula, el terror a lo extranjero. Son ese tipo de libros los que nos llegan más y se vuelven más universales. Creo que no nos gusta que nos lo digan de frente; entonces, ocupamos el horror como metáfora y creo que funciona muy bien, de maravilla. Las obras que estaba leyendo de Latinoamérica me han abierto los ojos y creo que es la mejor manera de acercarnos a la situación actual.