Es un jugador muy peligroso y habilidoso, que sabe jugar muy bien y que posee un gran repertorio de habilidades en la pista, tiene muchas armas. Tiene confianza y está jugando un gran tenis.
Además, mueve la pelota muy bien y juega con la inocencia del que sabe que no tiene nada que perder», explicaba Diego Schwartzman, semifinalista en Roland Garros frente a Rafa Nadal, sobre Alejandro Davidovich.
El malagueño de 21 años, que esta semana estrenaba su puesto 64 en el ranking, la mejor de su carrera, comenzó de manera arrolladora el partido frente al argentino y pasada apenas una hora de juego disfrutaba de pelota de partido. 6-2, 5-2 y ventaja con su saque para finiquitar el partido, pero… los nervios, la ansiedad por ver cómo Schwartzman ganaba ese punto, la presión y los gritos del argentino cada vez que sumaba otro tanto a su marcador le trajeron por la calle de la amargura al español.
Dos pérdidas consecutivas de servicio le llevaron al 5-5 y ahí Davidovich resopló, pareció olvidar fantasmas y regresó al juego espectacular. Rompió el saque y servía de nuevo para cerrar el partido… pero de nuevo pasó lo mismo.
Dejada tras dejada del andaluz, para acabar pronto los puntos, lastraron su juego y Schwartzman sacó la experiencia a relucir. Empató a 6 y ganó fácil el tie break.
El tercer parcial fue un paseo para el argentino por 6-1 para un resultado completo de 2-6, 7-6 (3) y 6-1 en dos horas y 10 minutos.
