Expondrán en el MAP la historia y usos del rebozo

  • “Si nosotros mismos no consumimos los rebozos, mediante el uso personal o vía el regalo, esta prenda de vestir no tiene futuro, ya que no hay programa gubernamental que pueda rescatarlo”, expresó Ana Paulina Gámez, curadora de Rebozo, exposición de cerca de 350 de estas vestimentas, de un total de 450 piezas, entre pintura, escultura, grabado, fotografía, cerámica e impresos, además de material didáctico, que será inaugurada el 17 de octubre en el Museo de Arte Popular (MAP).

El planteamiento de la exposición es “novedoso”, aseguró Gámez –investiga el tema desde hace años–porque cuando empezó a hacer su tesis de maestría, y después el doctorado, “me di cuenta que lo que se había escrito sobre el rebozo, que viene de la tradición oral, repetido durante los últimos 100 años, no tenía nada que ver con la respuesta que daban los propios artesanos”.
La experta encontró documentos al respecto en el Archivo General de la Nación y el Archivo General de Notarías, a la vez que pudo leer sobre el rebozo en las crónicas la época. Sucedió que “nadie se había metido realmente a los archivos para buscar documentos. Las ordenanzas me dieron las pautas para saber que había rebozos de diferentes tipos. Con esa información obtenida en la investigación de campo, llegué a preguntarles a los artesanos cómo se hacían, cuáles eran sus tradiciones. Les hice un montón de preguntas que me aclararon”, dijo en videoconferencia organizada por el MAP.
En otra fase de la investigación Gámez estudió rebozos antiguos en varios museos de México y Estados Unidos, lo que le dio guías para regresar a campo y entrevistarse de nuevo con los artesanos. Esta parte de su trabajo estuvo “muy enfocado desde la teoría de la cultura material, las ciencias textiles y la antropología del arte”.
Rebozo se divide en varios núcleos. En el primero, sobre origen y uso, se recuerda que el rebozo se inició con una función que hoy esta perdida, la de prenda mestiza de recato; las mujeres cristianas cubrían la cabeza para entrar a los templos y orar. Después, el uso del rebozo se extendió. Desde finales del siglo 18 el rebozo se perfiló como relevante prenda mexicana, aunque en el 19 experimentó una especie de “caída”. Luego, los ideólogos de la revolución mexicana lo pusieron como “la prenda femenina por excelencia”.
En los demás núcleos se habla de los centros rebozeros que desaparecieron, la faceta tecnológica de su producción se muestra con fotografías, y el montaje de un pequeño taller explica la técnica más utilizada que es la hechura de las canillas, luego hay un recorrido por los diferentes tipos de rebozos, como el listado, el jaspeado y el rayado. En otra sección la familia Echeverría ha prestado muñecas con trajes regionales para mostrar la extensión que tuvo la prenda en el país. Se incluyen videos con escenas de la época de oro del cine nacional y se explica como el rebozo se convirtió en un “icono” de la celuloide.
En otro núcleo, dedicado a la devoción popular, se rescata “una antigua tradición de la Ciudad de México que es el Señor del Rebozo, imagen originalmente ubicada en la capilla de las madres dominicas en el Convento de Catalina de Sena. Después, se trasladó a la iglesia de Santo Domingo.
La exposición estaba programada para abrirse el pasado 28 de marzo, sin embargo el MAP tuvo que cerrar debido a la pandemia por el COVID-19. Hubo que negociar con los coleccionistas respecto a su continuidad en la muestra. Gerardo Gómez, coordinador de museografía del museo, señaló que hay piezas que demandan procesos de conservación muy estrictas, porque las hay desde finales del siglo 18. Hay rebozos que se muestran por primera vez al público, resguardados en cajones o armarios familiares. También piezas instituciones que no se vuelven a prestar.
También el sábado 17 se abrirá al público una exhibición de alrededor de 70 mini alebrijes, pensada para dar continuidad al desfile de estas artesanías monumentales que, por la emergencia sanitaria, no se efectuará en 2020. En el patio del MAP las piezas se complementarán con una maqueta del museo y la creación exprofeso de la Columna de la Independencia para emular la “procesión/desfile” que se ha realizado durante 13 años.