Por su solidaridad con la huelga de hambre de los presos políticos del movimiento estudiantil de 1968, y por su apoyo en festivales artísticos del Partido Comunista Mexicano (PCM), la actriz María Rojo fue espiada y seguida por la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS).
En el expediente desclasificado por el Archivo General de la Nación (AGN) y al cual tuvo acceso un Diario de circulación nacional, se detalla que la protagonista de la película Rojo Amanecer fue investigada, al menos entre 1969 y 1977, por el entonces director de la DFS, Miguel Nazar Haro.
Los reportes del organismo de inteligencia, que se encuentran en la caja 329, detallan los manifiestos y cartas públicas que la actriz firmaba en apoyo a los presos políticos recluidos en el Palacio Negro de Lecumberri y, junto con ella, las firmas de solidaridad del actor recién fallecido Héctor Suárez, la intérprete Ofelia Murguía, el cantante Óscar Chávez y las comediantes Lucila Mariscal y María Luisa Alcalá.
El primer reporte de inteligencia reproduce un manifiesto que firmó el 24 de diciembre de 1968 junto a más de 50 artistas de cine, teatro y televisión en apoyo a la huelga que realizaron más de 80 presos políticos encarcelados en el Palacio Negro.
“Los abajo firmantes protestamos enérgicamente por la negación sistemática constitucional de los ciudadanos presos por razones políticas y nos solidarizamos con las razones que motivan la huelga de hambre indefinida emprendida por 86 de ellos el 10 de diciembre del presente año.
“Los presos políticos encarcelados antes, durante y después del movimiento estudiantil de 1968, en un desesperado esfuerzo por defender las libertades democráticas de nuestro país, arriesgan sus vidas como protesta por la injusticia de que son víctimas.
“Esta lucha emprendida por ellos reclama el apoyo del pueblo mexicano. Nosotros, artistas de cine, teatro y televisión, demandamos la libertad inmediata e incondicional de todos los presos políticos que hay en la República”, indica el manifiesto.
Firman, junto con la protagonista de La Tarea, los actores Carlos Bracho, Eduardo López Rojas, Mario Casillas y Margarita Isabel, entre otros.
Sobre el PCM
El siguiente reporte reproduce un volante titulado Las mujeres pedimos la Ley de Amnistía y Garantías Constitucionales para los presos políticos, en el que, de nueva cuenta, aparece la firma de la también exdelegada de Coyoacán.
“El hambre aumenta y pese a sus estragos, la moral de nuestros esposos y de nuestros hijos crece cada día. 28, 29, 30… ¿cuántos días más sumaremos a nuestra angustia y cuántos días más tendrán que esperar esa libertad inmediata e incondicional de la que nunca, por justicia, debieron ser privados?”, se cuestionan.
En otro reporte de inteligencia firmado por Nazar Haro titulado I Festival Artístico y Cultural del periódico Oposición, órgano informativo del PCM, se indica que el 24 de abril de 1977, en el Teatro El Granero, se realizaron diversas actividades para apoyar al periódico del Partido Comunista Mexicano.
El documento detalla que en este acto cultural participaron Rafael Galván, entonces líder de la corriente democrática del sindicato de electricistas, y Arnoldo Martínez Verdugo, dirigente del PCM, y donde también estuvo María Rojo.
“De las 19:15 horas a las 20:25 horas se efectuó una mesa redonda con el tema El acto ante su imagen, con la participación de Gregorio Casals, Silvia Mariscal, María Rojo y José Estrada. El motivo de la reunión era hacer un análisis sobre las condiciones en que trabajan los actores y el papel de éstos.
“Se preguntó a María Rojo sobre su actuación en la película El Apando, contestando que le pareció una película morbosa y que tuvo problemas políticos [sic]”.
En el mismo evento, Nazar Haro reportó que asistió también Luis González de Alba, quien fungió como dirigente del Consejo Nacional de Huelga (CNH) en el movimiento estudiantil de 1968, y quien comentó que los libros que seguían la versión del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz eran los que más habían perjudicado la verdad de lo que había sucedido en esos hechos.
“Y han logrado hacer creer a la gente que algunos conspiradores extraños hicieron su aparición sin saber cómo en el panorama mexicano y procedieron a incendiar, robar y trastornar el país y por eso el gobierno se vio forzado a intervenir dando por resultados la muerte de estos desquiciados, algunos mirones y muy pocos ‘heroicos’ soldados”, dijo González de Alba.