El millar de espectadores que tenía permitida la entrada al Foro Itálico para seguir este lunes las finales del torneo de Roma, se quedaron muy pronto sin la femenina, que duró sólo 32 minutos, los que aguantó de pie Karolina Pliskova, que era la vigente campeona, antes de retirarse. De esta manera, su rival, Simona Halep, se proclamó campeona por primera vez en su carrera después de haber perdido en el partido por el título del Internazionali en 2017 y 2018. Pliskova había ganado en semifinales sin aparentes problemas a su compatriota Vondrousova, por lo que no se sabe si sus molestias se debieron al esfuerzo de ese partido o si se le produjeron en el calentamiento previo a la final. «Sé que es muy duro no terminar un torneo cuando llegas hasta aquí, espero que te recuperes pronto y que podamos jugar otra, quizás en París», dijo la vencedora.
La rumana ganaba por 6-0 y 2-1 en el momento en el que la checa decidió no continuar. La diferencia era demasiado grande y anormal. Parecía claro que la dolencia de Pliskova le impedía sacar tan bien como acostumbra y llegar en condiciones a los envíos de Halep, que jugó a placer de principio a fin. Demasiado. Halep dominaba en los duelos particulares por 7-4, pero en tierra ambas estaban empatadas a una victoria.
