Los Rockets de Mike D’Antoni, el equipo más revolucionario de la NBA, acaban en un gran fiasco

La derrota de los Rockets ante los Lakers en las semifinales de conferencia de los Playoffs 2020 ha traído consecuencias drásticas pese a que Daryl Morey, el loco de las estadística avanzada que ejerce de mánager general, dijera que se continuará en la misma línea durante la próxima temporada. También se había remarcado públicamente que le habían ofrecido la renovación a Mike D’Antoni, el entrenador, y que la prioridad era su continuación al frente del banquillo, pero el técnico ha tomado las de Villadiego y ha decidido tomar otro camino. D’Antoni anunció con un comunicado que la etapa en los Rockets ha llegado a su fin, que no renovará, y los banquillos de los Sixers y los Pacers (según avanza Adrian Wojnarowski en ESPN) son los favoritos a contar con sus servicios a partir de la temporada 2020/21.
Esto supone que una de las dos cabezas de turco de este proyecto, la del entrenador, ya ha rodado aunque haya sido por suicidio y no por asesinato. La otra es, por supuesto, la del jugador que acompaña a James Harden, la joya de una corona que sigue sin brillar del todo.
Mike D’Antoni llevaba en los Rockets desde 2016. Cuatro temporadas en las que se ha maximizado el poder de Harden, no en el equipo sino en la Liga: un MVP, dos que rozó con la yema de los dedos y uno todavía por decidir que tiene el nombre de Giannis Antetokounmpo ya serigrafiado. El equipo orbita sobre ‘The Beard’ y para ello, bajo el mantra de la estadística, se eligió un estilo arriesgadísimo para el que preparador italoamericano parecía el más indicado.