Modigliani y Rivera, puente entre gigantes

  • Con 143 pinturas de artistas como Amedeo Modigliani, Chaim Soutine, Moise Kisling, Suzanne Valadon, Diego Rivera, Ángel Zárraga, Michel Kikoine y Angelina Beloff fue integrada la muestra El París de Modigliani y sus contemporáneos, que abre hoy al público en el Museo del Palacio de Bellas Artes y permanecerá hasta diciembre.

La muestra, que debió inaugurarse en marzo pasado, requirió ocho millones de pesos para cubrir la ampliación del seguro de las piezas por seis meses más (junio a diciembre), muchas de ellas provenientes de la colección Netter. Aunado a esto, se informó que no se logró concretar el préstamo de un retrato de Rivera, realizado por Modigliani, que permanece en el Museo de Arte Sao Paulo, Brasil, a causa de la pandemia.
Sobre la exposición habló el historiador del arte Marc Restellini, quien recordó que Rivera y Modigliani vivieron durante seis meses en un mismo taller, aunque entre ellos nunca se estableció una lógica entre maestro y alumno, ya que Modigiliani fue un artista al que siempre le interesaron los intercambios.
Y aunque ambos pintores no se influyeron en sus estilos, “crearon ideas, conceptos, lógicas y visiones artísticas del fruto en sus pláticas en conjunto, por lo que el arte de Modigliani, en su encuentro con Diego, cambió, evolucionó; y el arte de Diego, probablemente, no lo dudo, se modificó, cambió y se transformó también y (en esta exposición) tenemos un crisol y un puente entre civilizaciones muy interesante”, reveló Restellini.
Por un lado, Modigliani fue un artista al que le interesó el esoterismo, el sincretismo, la lógica y fue un heredero del arte italiano, pero también se interesó en el primitivismo en ese momento de Henri Matisse y Pablo Picasso, señaló Restall, es decir, lo que en ese momento motivaba a muchos artistas era la búsqueda de la figura primitiva. Mientras que Rivera fue un pintor mexicano que en mi opinión, es sinónimo de sincretismo, justo lo que interesó a Modigliani.
En su oportunidad, Miguel Fernández Félix, director del museo, detalló que la exhibición cuenta con siete núcleos temáticos. El primero revisa la obra de Suzzane Valadon, una pintora que fue modelo de Renoir y de Toulouse Lautrec, quien fue un puente entre impresionistas y el postimpresionismo.
También destacó la exhibición, por primera vez, de la obra de Maurice Utrillo, uno de los artistas inscritos en la Escuela de París. “Tenemos por primera ocasión una veintena de obras de Utrillo, otro de los grandes artistas del postimpresionismo, hijo de Suzanne Valadon”, quien tuvo cierta influencia en la Escuela al Aire Libre, hacia 1913 en la obra de Alfredo Ramos Martínez.
La tercera sección está dedicada a la obra de Modigliani, con 23 obras, de las cuales 13 son pinturas y 10 dibujos, entre las que destacan piezas como Joven pelirroja, Niña vestida de azul, Elvire con cuello blanco, Muchacha con vestido amarillo, con fragmentos de la película Los amantes de Montparnasse, también conocida como Montparnasse 19, en la que aparecen Gérad Philippe como Amedeo Modigliani, Gérard Séty como Léopold Zborowski y Anouk Aimée como Jeanne Hébuterne. En una secuencia que muestra al pintor italiano realizando sus famosos retratos en 1919.
Y le sigue una sección con los amigos mexicanos de Modigliani, con artistas olvidados como Benjamín Coria, y la relación que mantuvo con Carlos Mérida, Rivera y Santos Balmori. Así como otra sala dedicada al pintor bielorruso Chaim Soutine, también integrante de la Escuela de París.
Lecturas De Un Pasado
Para Restellini, la muestra “es un homenaje a uno de los artistas más populares, ubicado en una época de ciertas problemáticas artísticas y culturales que aportaron elementos esenciales a toda la vanguardia. Lo que vemos aquí son intercambios culturales que en esta muestra se revelan”.
En suma, dijo, ésta cuenta decenas de historia, como la de Modigliani, que es el centro de la exposición, con un número importante de lecturas, con el París de la época y las relaciones que mantuvo con otros artistas. Sin
embargo, no apuesta por una lectura monográfica, sino por los intercambios artísticos, sus amores, la historia de los sitios, los talleres y de ese París que también es una historia social y política, detalló el curador.
Por su parte, Jaime Moreno Villarreal, curador de una de las secciones, abundó en la obra de Coria y aceptó que hay pocas referencias biográficas, “aunque se le ubica como un pintor de buen nivel al que hay que rescatar”, tal como lo hizo en su momento Carlos Mérida.