Whyte, en una caravana para evitar rifirrafes con Povektin

La pandemia ha obligado a cambiar los hábitos en todos los deportes, también en el boxeo. Las burbujas, necesarias para tener bajo control posibles positivos, hacen que los púgiles compartan hotel varios días. Esto es habitual en algunas veladas, pero en las grandes se les suele separar, sobre todo si alguino es de sangre caliente. Hasta el momento no había habido muchos problemas con eso, hasta que entró en escena Dillian Whyte (27-1, 18 KO). El campeón mundial interino WBC del peso pesado expone es un púgil visceral y diferente, lo que ha vuelto a demostrar antes de defender ese título (también estará en liza el WBC Diamante, que está vacante) ante Alexander Povetkin (35-2-1, 24 KO).
«Si no los separamos acabarán rodando colina abajo. Es algo serio. No estoy preocupado por Povetkin, lo estoy por Whyte. Me dijo: ‘Si veo a ese tipo en la semana de la pelea en el mismo hotel no me hago responsables de mis actos’. Así que debemos asegurarnos de que no haya problemas», avisó Eddie Hearn hace unos días. Ha encontrado un plan b. Su idea ha sido meter a Whyte en una caravana que está en el aparcamiento del hotel. Recibieron el permiso de la Federación Británica, quien controla todo el protocolo.