Enfundado en un pantalón plateado, botas a la rodilla y chaqueta tipo torero, así llegó Miguel Bosé… un “Don diablo” cantándole a la “Amiga”, “Te Amaré”, “Linda”… un joven que no sólo puso a cantar al pueblo mexicano sino trajo con él su glamour, su porte.
Su madre, la actriz italiana, Lucía Bosé, su padre, el torero español, Luis Miguel Dominguín. Siempre rodeado de artistas, Miguel conoció muy de cerca a Picasso y pocos años a Ernest Hemingway, quienes eran amigos de sus padres.
México lo acogió, no le importó que fuera un “Amante Bandido”, una “Salamandra”, que se comportara “Como un lobo”, o que le cantara a un “Duende”.
Y así un número interminable… Morena mía, Si tú no vuelves. “Olvídame tú”.
Imponiendo moda, estilo y reinventándose en cada canción, en cada disco, pero por ahí dicen que nada es para siempre, en 2018 se dio a conocer su separación de Nacho Palau, un escritor valenciano con quien llevaba 26 años de relación. Pero ahí no paró la cosa y como dicen que las desgracias no llegan solas, en 2019, Bosé quedó afónico, tuvo problemas serios con su voz.
El golpe más duro fue el 26 de marzo de este 2020, su madre Lucía Bosé murió… se alejó de los reflectores, aunque no de su Twitter, desde ahí le pide a sus fans usar cubrebocas azules, el color favorito de su madre.
Pero también habla de su postura frente al Covid-19, dice que es una conspiración para matarnos…
Y ahora, después de varios días en cautiverio, aparece en revistas, redes, la nota que le da vuelta al mundo es… Miguel Bosé con varios kilos de más, desgarbado, los comentarios, críticas y memes no se dejaron esperar… Ellos ven a un hombre desparpajado, descuidado. Pero hay muchos que ven un hombre que ha recibido golpes bajos en los últimos años.
Un hombre que quizá se encontró libre por vez, un hombre que se reinventó y que se gustó…
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