Civiles yemeníes siguen pagando costo humano de agresión saudí

La campaña de agresión saudí sigue siendo implacable con Yemen y cada día acaba con la vida de más civiles en pleno mutismo de la ONU.
Arabia Saudí y sus aliados iniciaron en marzo de 2015, una campaña militar contra Yemen, supuestamente para restaurar en el poder al fugitivo expresidente yemení, Abdu Rabu Mansur Hadi —un estrecho aliado de Riad que apoya la intervención militar en su país—, a través del derrocamiento del movimiento popular yemení Ansarolá, que forma parte del Gobierno de Salvación Nacional de Yemen.
Desde entonces, más de 100 000 personas han muerto como consecuencia de la campaña de bombardeos y bloqueo, liderada por Riad, conforme a un reporte del proyecto Datos sobre Localización y Acontecimientos de Conflictos Armados (Acled, por sus siglas en inglés), publicado a finales de 2019.
El 9 de agosto de 2018, se registró uno de los crímenes más abominables que la humanidad haya conocido. Un ataque aéreo encabezado por Arabia Saudí tuvo por blanco un autobús que transportaba niños en la provincia de Saada (noroeste de Yemen). Al menos 51 personas, incluidos 40 niños, murieron y decenas resultaron heridas.
Los misiles disparados directamente contra el autobús por los aviones de combate saudíes, lo destrozaron. La mayoría de los niños que perecieron en el ataque tenían menos de 10 años.
El bombardeo suscitó tal indignación que incluso los aliados de Riad se negaron a excusarlo. No obstante, la condena global no pudo cambiar el curso de la llamada coalición saudí.
Los aviones de combate saudíes volvieron, el pasado 15 de julio, a realizar un bombardeo en la provincia de Al-Jawf (norte), en el que decenas de civiles yemeníes, entre ellos mujeres y niños, que asistían a una boda, perdieron la vida.
Las autoridades yemeníes tachan el bloqueo y la agresión saudíes de un “crimen de guerra” y critican a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por optar por la inacción.
Entretanto, se alerta del peligro que se cierne sobre el pueblo de Yemen, pues, en medio de la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, sufre una persistente agresión.