Apunta a Tokio; María no baja la guardia

María del Rosario Espinoza se juega cifras históricas en los próximos Juegos Olímpicos de Tokio, en sus manos está igualar a Joaquín Capilla como máximo medallista mexicano con cuatro preseas, además de convertirse en la única atleta tricolor en subir al podio en cuatro Juegos Olímpicos distintos.

Cada una de sus experiencias en Juegos Olímpicos ha sido única y mantiene el sueño de vestirse de nuevo con el uniforme nacional, ondear la bandera tricolor bajo los aros olímpicos y viajar a Tokio como parte de la delegación mexicana en  el verano de 2021.

Beijing 2008 fue su primera medalla y la de mayor jerarquía, a la fecha es el recuerdo más significativo en la trayectoria de Espinoza.

El primer combate, el escenario, el tener una competencia perfecta y redonda, el cerrar con la medalla de oro, cantar el himno nacional, cantar mi himno, ver mi medalla colgada en el pecho, fueron muchas cosas muy bonitas. Hoy por hoy los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, son el momento más especial en mi carrera”. 

Londres 2012, sus segundos Juegos, fueron un gran reto.

La presión mediática era lo que más sentía, porque había pasado un proceso complicado para llegar. Cuando caigo en mi segundo combate, sentía que ya no tenía posibilidad, se te derrumba el mundo. Y cuando veo que tengo la posibilidad de ganar la medalla de bronce, sólo pienso en luchar y luchar. Al final fue un proceso complicado, pero se ganó el bronce”.

Rio 2016  fue de emoción y nostalgia al regresar a la ciudad que la vio iniciar como juvenil y la recibió de nuevo con madurez.

Lo disfruté de principio a fin, no fue nada fácil, de hecho fue complicado, me fui a dos puntos de oro. Al final me quedé con la medalla de plata que fue una sensación rara, porque gané una medalla sin ganar el combate. Al final nosotros los deportistas estamos acostumbrados a ganar y es una sensación que pierdes el combate y ganes plata”.

María decidió que todavía no era hora de ponerle punto final a su legado en el taekwondo mexicano.

Si hubiera ganado la medalla de oro en Río 2016, ya me hubiera quedado ahí. No hubiera pensado en otro ciclo olímpico”.

Los objetivos al concluir su participación en Río 2016 fueron los Campeonatos del Mundo en los que sentía que había quedado corta porque no subía al podio desde 2007.

 Salgo del combate en Puebla, estoy derrumbada y me dicen en una entrevista ‘Oye María, ¿no crees que es tiempo de que ya le dejes tu lugar a las nuevas generaciones?’. Entonces para mí fue algo muy fuerte, fue complicado regresar de nuevo a la competencia, la pasé mal. Pero creo que todos los atletas pasamos por ahí, por golpes y tropiezos. Sin esos momentos, sin esas escenas, sin esos combates, sin esas partes complicadas en nuestras vidas, no nos fortaleceríamos y no seríamos quienes somos”.

Espinoza obtuvo el bronce en Muju, Corea del Sur 2017 y la plata en Manchester, Reino Unido 2019.

Este ciclo para mí no ha sido nada fácil, porque han sido muchos pleitos internos. Hubo un momento en esta recta que me decía ‘si en esta competencia ya no me va bien, hasta aquí me quedo’, porque ya no me sentía con esa motivación. Una de esas competencias fue el Campeonato del Mundo de Manchester. Me dije ‘si en esta competencia no me va bien, si yo siento que ya no tengo ese deseo, esas ganas, ya hasta aquí, ya estoy bien, ya he logrado mucho”.

Con esa idea en la cabeza, Espinoza llegó a Manchester a principios de mayo 2019. Estaba dispuesta a rendirse y comenzar con una nueva vida fuera del tatami, cuando las cosas dieron un giro sorpresivo.

Tuvo bye en la primera ronda, venció a Ting Hsia Ma de China Taipéi en punto de oro en la primera ronda, en cuartos de final se impuso ante la española Cecilia Castro 6-5 y en semifinales dejó atrás a la turca Nafia Kus 6-4. Al terminar la semana, se subió al podio en los -73 kilogramos y obtuvo una presea plateada que significó una nueva motivación para continuar peleando.

Fui avanzando, fui, fui, fui y eso me dio muchísima motivación para este ciclo olímpico. Entonces las dos medallas en el Campeonato del Mundo fueron un motor muy importante para este ciclo, pero más la de Manchester. Si no hubiera ganado esa medalla, quizás no estaría aquí”.

Una vez alcanzada esa meta en los mundiales, el replanteamiento fue sencillo, un último viaje a los Juegos Olímpicos para después decir adiós al taekwondo. La sinaloense anhela regresar a los entrenamientos con el sueño de revivir la gloria de Beijing 2008.

Y a pesar de que la magna justa habría empezado justo hoy 24 de julio y sufrió un año de retraso por la pandemia, mantiene el paso firme hacia Tokio, con la convicción de que la postergación es una simple prueba a la paciencia.

Creo que a muchos de nosotros nos movió emocionalmente el cambio de fecha de los Juegos Olímpicos. Nos movió la planificación, pero al final es una decisión que en lo personal esperaba. Han sido meses, días, de muchos cambios y movimientos y toma de decisiones en varios rubros dentro del deporte. Claro que mi objetivo sigue para el próximo año, enfocada, visualizada y motivada también en lo que viene siendo Tokio en 2021”.