Pese a todas las recomendaciones emitidas por las autoridades de salud, al incremento en el número de casos positivos, a la creciente ocupación hospitalaria y al alarmante número de víctimas que está cobrando el coronavirus en San Luis Potosí, a la ciudadanía poco parece importarle el riesgo que representa esta enfermedad pues, como se ha podido constatar, en los últimos días, a pesar de contar con semáforo rojo por riesgo máximo, cada vez son más las personas que acuden a lugares públicos por actividades no esenciales sin la protección ni los cuidados correspondientes.
Desde el pasado lunes que reinició el semáforo rojo en atención a las recomendaciones de las autoridades federales, las tiendas, calles, plazas y demás espacios del primer cuadro de la ciudad lucieron abarrotados; personas que simplemente decidieron salir a pasear o de compras aprovechando el tiempo que les sobra al haberse ajustado las jornadas laborales. Contrario a toda recomendación, los potosinos se volcaron a las calles pese la crítica situación que se vive.
En algunos establecimientos, los propietarios, en coordinación con sus trabajadores, fortalecieron los protocolos sanitarios; gel antibacterial al momento de ingresar, revisión de la temperatura corporal y el control sobre la cantidad de personas dentro de sus locales, sin embargo, las medidas resultan insostenibles ante la demanda de la ciudadanía por ingresar a toda clase de comercios para consumir alimentos, comprar algún producto o nada más ver las ofertas.
De igual manera, en las calles y plazas públicas, las autoridades municipales decidieron clausurar jardineras, bancas y demás espacios que pudieran representar un foco de infección, pero, lamentablemente, los paseantes rompieron los sellos, las cintas y la señalética para poder hacer uso de las instalaciones. Si bien, una mayoría importante de ciudadanos sale a la calle con cubrebocas, lo cierto es que se siguen detectando casos de personas que se niegan a usarlo afirmando que la enfermedad no existe o que no les resulta cómodo portarlo en todo momento.
P ara este martes 21 de julio, de acuerdo con los informes de la Secretaría de Salud del Gobierno del Estado, San Luis Potosí ya superaba los seis mil casos confirmados de esta enfermedad, de ahí se desprendían más de 360 defunciones por lo que se insistía en la necesidad de que se fortalecieran todas las medidas de prevención y seguridad como el distanciamiento social, el lavado de manos o el estornudo de etiqueta, por desgracia, la realidad es otra completamente diferente.
En los últimos días se ha registrado también un incremento en la ocupación hospitalaria, situación que ha encendido las alarmas entre la ciudadanía ante el riesgo de que, de un momento a otro, pueda colapsar el sistema de salud, lo que representaría la imposibilidad para seguir atendiendo a los pacientes que pudieran tener alguna complicación derivada del contagio del covid-19, a ello se suma la escasez de personal y la falta de insumos para atender apropiadamente a cada uno de los pacientes.
El escenario que se vive no es nada alentador, pese a estos indicadores, los potosinos parecen tomarse a broma el riesgo que implica la propagación del SARS-CoV-2 pues se percibe una irresponsable desatención por parte de la ciudadanía incluso cuando las autoridades sanitarias insisten en quedarse en casa y evitar exponerse a un posible contagio que pudiera poner en peligro su propia vida y la de sus seres queridos.