Lanzan en español la novela ‘Unorthodox. Mi verdadera historia’

  • Feldman abandonó a su marido en 2010; ahora vive en Alemania

La estadunidense Deborah Feldman (1986) consiguió su libertad gracias a un libro. Miembro del grupo jasídico Satmar –un movimiento religioso ortodoxo y místico dentro del judaísmo– de Williamsburg, Brooklyn (Nueva York), la autora de la autobiografía Unorthodox. Mi verdadera historia confiesa que la escribió porque le comentaron que la publicidad era la única forma de salir de su comunidad.

Empecé a escribirlo antes de irme, rápido, con una gran presión. No tuve tiempo para la reflexión, es algo no digerido, lo hice con la inmediatez del dolor”, comentó ayer sobre el título que mañana será lanzado en español y en catalán tras el éxito que tuvo en Netflix, durante el confinamiento, la serie inspirada en esta historia.

En rueda de prensa virtual desde Berlín, donde vive, Feldman, quien en 2010 dejó a su esposo y huyó con su hijo, detalló que las fuertes críticas que recibió de su comunidad, “con mucha ira y odio”, se debieron a que habló de su cuerpo.

Para ellos, el cuerpo femenino tiene un solo propósito: engendrar. Y que reflexiones sobre tu relación con él, que digas cómo te sientes, qué piensas de las leyes de la pureza ritualística, es algo ofensivo y atrevido. Me convertí en una especie de demonio”, dijo.

Publicado en inglés en 2012, Unorthodox desató una fuerte polémica porque echó luz sobre las injusticias contra las mujeres que se cometen en estos grupos y, al mismo tiempo, lo convirtió en un bestseller. La narradora anunció que ya prepara la segunda parte, Éxodo que el sello Lumen, que festeja sus 60 años, publicará en febrero de 2021, explicó desde España la directora literaria María Fasce.

Consciente de que “vivimos en un mundo donde todas las puertas están abiertas y la curiosidad es algo bueno”, Feldman rechaza que haya inspirado a otras mujeres. “Hay mucha gente valiente que ha hecho este camino sin ningún apoyo. Me preocupa que los ortodoxos se están convirtiendo en el sector dominante en países como Israel, por ejemplo. Debemos encontrar formas de diálogo”, concluye.