Cómo tener sexo cuando tienes hijos pequeños

Con un poco de suerte, te habrás pasado el embarazo on fire. Durante esos nueve meses, a algunas se les baja la libido, pero otras nos venimos muy arriba. Las hormonas y los efluvios de la prematernidad pueden sentar de maravilla a nuestra actividad sexual, es luego, cuando nace la criatura, cuando todo baja, cuando el deseo salta por la ventana mientras el agotamiento entra por la puerta como un elefante en una cacharrería.
Como sigas así, piensas, te volverás virgen.
Antes de entrar en materia, un aviso: los siguientes consejos son fruto de la más absoluta de las experiencias subjetivas y no han sido refutados científicamente.
1-Acostúmbrate al rapidito
En estos casos de agotamiento extremo, lo mejor siempre es un kiki. Te sorprenderá descubrir lo milagroso que puede ser uno rápido, lo fantásticos efectos que tiene para la relajación y el sueño. 2-El baño, tu templo
Cuando hay niño por casa, el baño es el mejor lugar para tener sexo rápido. Mientras los enanos están a salvo jugando en su cuarto, leyendo un cuento, haciendo los deberes o viendo la tele, vosotros os podéis entregar al gusto de un kiki en la ducha, en el lavabo o en la taza del váter.
3-Lo que duren los dibus
Alice Munro siempre cuenta que escribe relatos cortos porque es a lo que le daba tiempo durante el rato en que sus hijos dormían la siesta. Tu baremo de tiempo puede ser el sueño de tus hijos o, como hemos dicho, el rato de los deberes. Pero aquí, entre nosotras, la duración de un capítulo de Pepa y Pig es perfecta para un kiki.
4-Juega
El sexo es como el correr: si lo dejas de golpe, luego es muy difícil volver a cogerle el ritmo.
5-Cita semanal
Como pareja, conviene obligarse a hacer algo a solas al menos una vez a la semana. Fijad un día y marcadlo en la agenda con fluorescente: cena y sexo. Suena frío, pero es efectivo.