Otro engaño de AMLO a los más pobres de México

Desde su campaña a la presidencia de la República Andrés Manuel López Obrador ha estado prometiendo la creación de millones de empleos sobre todo para los más jóvenes del país.
Ahora con motivo de la pandemia de coronavirus hasta hoy se han perdido más de 12 y medio millones de empleos formales e informales y el Presidente de la República ha vuelto a prometer la creación de 2 millones de empleos.
Pero ¿Cuál es la diferencia entre un empleo formal y uno creado artificialmente como los que ofrece Andrés Manuel López Obrador? Mediante los apoyos económicos otorgados por el gobierno con los programas de política asistencial.
AMLO presume cada que se presenta la oportunidad que creará dos millones de empleos.
Sin embargo, en apego a la verdad y en estricto sentido de ninguna manera los afiliados a los programas sociales del gobierno están catalogados en el rango de un empleo formal, ya que no otorgan los beneficios como la seguridad social, el acceso a créditos de la vivienda, el aguinaldo, derecho de utilidades, derechos de antigüedad, vacaciones e incluso incapacidades por riesgos laborales.
Además hay algo que se oculta o por lo menos no se da a conocer: los empleos formales generan riqueza, calidad de vida, progreso y sobre todo alienta el círculo virtuoso de la productividad.
En cambio, los programas de política asistencial que se establecen con miras a las próximas elecciones dependen tan sólo de los fondos públicos suficientes y cuando se terminan, se acabó todo; vamos, ni siquiera tienen derecho a la liquidación respectiva.
Estos empleos se ofrecen principalmente a la gente más pobre y muchas veces la más ignorante. Lamentablemente sin que la práctica que viene desde el PRD que es “un pobre es igual a un voto”, después del proceso electoral los olvidan y los volverán a buscar cuando vuelvan a convertirse en elementales para el siguiente proceso electoral.
Estos programas que les llamo político-electoral están vigentes sólo en la víspera de elecciones y revocación de mandato y aunque el derecho a los programas de política social que promueva el gobierno está en la Constitución, dependen totalmente de la suficiencia presupuestaria para su existencia.
Es por eso que se considera otro engaño más de AMLO a la población más pobre; un engaño parecido hizo López Obrador a los estudiantes cuando les ofreció que si llegaba la presidencia de la República “ya no habría exámenes de admisión” y que el ingreso a las escuelas de licenciatura sería automático después del bachillerato.
Esto no se los cumplió y los jóvenes egresados de bachillerato no saben a quién reclamarle. También reiteradamente les ofreció a los jóvenes que si llegaba la presidencia de la República no habría pago de inscripción ni de colegiaturas en las universidades e institutos de educación superior.
Esto también fue un engaño especialmente para los jóvenes que no tienen recursos y se ilusionaron con este ofrecimiento de Andrés Manuel López Obrador.
Lo mismo está sucediendo con los programas como Sembrando Vida que también son un engaño porque mantienen en la pobreza a sus beneficiarios ya que no cambian de fondo la calidad de vida de los beneficiarios y terminan siendo programas que se orientan a la construcción electoral del proyecto de la 4 T.
López Obrador ha llegado a comparar los programas como el de “sembrando vida” con los empleos que genera la Ford motor company; los empleos de Andrés Manuel López Obrador sólo están generando clientela electoral y desde luego eso no genera crecimiento económico de las familias.
Los más pobres tienen hambre, su familia tiene hambre y se acercan para aceptar desde una despensa hasta empleos como los que ofrece la presidencia de la República: esto es otro engaño a los más pobres de México.