Proyecto de AMLO

Generador de pobreza

Durante el año y medio como presidente constitucional de México Andrés Manuel López Obrador a través de diferentes acciones y muchos discursos se ha dedicado a promover la pobreza del pueblo de México; ha llegado a hacer sentir a la población que la riqueza es un grave pecado y es una maldición.
Durante toda su administración pública como Presidente de la República se dedicado a atacar a los empresarios calificándolos de diferente manera, comúnmente de una forma impropia, incluso señalándolos de corruptos y buscando una división tajante entre lo que él ha llamado pobres y ricos.
Aún sin embargo se ha dedicado este año medio a buscar enormes cantidades de recursos económicos para aplicarlos a proyectos que muchos llaman faraónicos y otros califican como inútiles como lo es el llamado tren maya que costará más de 150,000 millones de pesos que asegura López obrador será pagado íntegramente por la Federación y auténticamente es un proyecto inútil, innecesario e incluso sin un proyecto sólido ya que en este momento se están encontrando con que la fragilidad del suelo kárstico de la Península de Yucatán, uno de los más porosos del mundo, esto puede representar un riesgo en la construcción y operación del Tren Maya, una de las obras insignia del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Lo anterior se advierte en la Manifestación de Impacto Ambiental de los tramos 1, 2 y 3 del Tren Maya (631.25 kilómetros de vías férreas, que atravesarán Chiapas, Tabasco, Campeche y Yucatán) divulgada por Fonatur, encargado del proyecto, ante la Semarnat.
«Los riesgos geológico-geotécnicos constituyen condiciones que pueden causar una situación de peligro durante la operación del tren e incluso durante su construcción», se lee en el trabajo publicado en la Gaceta Ecológica de la Semarnat.
En el tramo 1, que va de Palenque, Chiapas, a Escárcega, Campeche, los tipos de riesgos señalados por el Fonatur son: suelos con potencial de expansión y colapso, altamente deformables, zonas de inundación, inestabilidad de laderas, fallas geológicas y suelos corrosivos; hay riesgo de colapsos.
Respecto al tramo 2, de Escárcega a Calkiní, Campeche, el mayor peligro es por el suelo kárstico, ya que el tren cruzará el denominado «anillo de cenotes»: un sistema de fallas de forma semicircular de 180 kilómetros de diámetro, en una franja de aproximadamente 4 kilómetros de ancho.
En ambos, según el estudio, se corre el riesgo de hundimientos causados por huecos subterráneos.
Sobre el tramo 3, de Calkiní a Izamal (Yucatán), señala que se observaron posibles hundimientos como resultado de la extracción de agua del subsuelo.
Para remediar las fallas se prevén rellenos, nivelaciones del terreno y compactaciones para alcanzar la estabilización óptima del suelo y con ello evitar futuras fracturas o hundimientos.
El pasado sábado se fracturó el suelo a un costado de la carretera de Playa del Carmen, Quintana Roo, donde pasará el Tren Maya, dejando al descubierto una cueva acuática con fósiles de caracol de la era pleistoceno-holoceno de alto valor palonteológico y animales en peligro de extinción como la cochinilla ciega.
Una vez en operación, un derrumbe no solo causaría un desastre ecológico sino que podría ser una amenaza ya que se pretende transportar combustible en los vagones, advirtió el geólogo Mario Rebolledo, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.
Este proyecto no tiene un período establecido de recuperación, lo único que se sabe es que se terminará en el año 2024, en el estudio a un no se determina el aforo y las corridas que pudiera tener ni el cobro por pasaje para reponer la inversión de 150,000 millones de pesos.
Reitero esta cantidad se pagará con recursos de la población, una población que estará saliendo de una grave pandemia y estará viviendo una muy grave situación económica como para involucrarse en un tren turístico con muy pocas posibilidades de recuperación económica.