La pandemia no termina

¿Morena unida al PAN?

Con un nuevo récord histórico de 123 contagios en solo 24 horas, en una meseta alta de contagio, sin “domar” la epidemia de la que la OMS aún espera “lo más fuerte y peligroso”, dado el incremento de casos en todo el mundo, SLP iniciará la semana en Semáforo Naranja por decisión del Comité de Seguridad en Salud y en acuerdo con la Secretaría de Salud Federal, tal como se proponía desde la semana pasada, alistándose el regreso de más actividades recreativas y comerciales para este lunes aunque la pandemia no haya terminado.
El caso es que como sabemos, mientras no se mueva la gente no hay consumo y sin éste tampoco hay IVA ni ISN, ISPT, exportaciones etc. es decir: recursos para sostener al aparato gubernamental pues aquello de que los contribuyentes pagamos a la burocracia no es rollo.
Además, como en el Congreso local todo pinta a que rechazarán la reestructuración de la deuda pública, al gobierno del estado, que hasta ahora ha cubierto 70 por ciento del costo de la pandemia, solo le queda acudir a la Federación en pos de ayuda y para lograrla, obviamente, acepta sus lineamientos.
Así, por encima de la creciente cifra de contagios y defunciones, sin dejar de llamar a no bajar la guardia y mantener vigilancia extrema con sana distancia, quedándose en casa si se está enfermo, cubrirse nariz y boca al toser, llevar mascarilla cuando sea conveniente y no dejar de lavarse las manos; el gobierno potosino se apresta a una escalonada reactivación.

NO QUEDA OTRA

No se deja de privilegiar la salud de las familias, ni hay certeza de que la reapertura es lo mejor, pero ante el poco éxito de la jornada nacional de Sana Distancia y como no podemos seguir paralizados por uno o más años a la espera de una vacuna segura o un tratamiento específico eficaz, como sería deseable, el gobernador Juan Manuel Carreras opta por dar este paso.
Ahora, la responsabilidad de decidir si se cuida o no, y si mantiene a salvo a su familia o no, es de cada ciudadano en particular y para eso espera que los potosinos tomemos medidas inteligentes, sensatas y solidarias.
Entre las actividades que regresan están los parques Tangamanga I y II, que igual que el parque de Morales tendrá horario de 6 a 11 a.m.; los gimnasios y clubes deportivos, cines, teatros, museos y eventos culturales, plazas comerciales, iglesias y templos con restricciones; restaurantes y cafeterías ya podrán recibir comensales con aforo al 50 por ciento, manteniendo el servicio para llevar.
Carreras pidió el esfuerzo colectivo para el regreso de actividades, que sólo se dará con el apoyo de la ciudadanía y llamó a la población a no olvidar que sigue habiendo enfermedades propias de la temporada como Dengue, Zika y Chikungunya, con las que tampoco debemos bajar la guardia.

ALIANZA PAN- MORENA

Mientras tanto, ya le decíamos, en el Congreso del Estado crecen voces discordantes con la urgencia de reestructurar la deuda pública, pese al etiquetado de mezquindad que esto acarrea al PAN, Morena y PVEM para empezar.
La exposición del Secretario de Finanzas, Octavio Pedroza Gaitán, sobre el estado de las finanzas potosinas a causa del virus, resumida en brutal; deja claro que la reestructuración es obligada… pero los panistas no acabaron de entenderlo así.
A esa cerrazón política rayada en tozudez se sumaron los de Morena, y ahora ¡Para Ripley! harán frente común con el PAN en contra de la reestructura, como se desprende del comunicado oficial donde el coordinador de la bancada, Edson de Jesús Quintanar, además sugiere al gobernador JMCL, igual que los panistas, que mejor venda el predio devuelto por la Ford, o los invernaderos de Santa Rita. Los del PVEM solo van de paleros y porque tienen un acuerdo nacional, en honor a la verdad.
Con el anuncio de Quintanar, llegan a 16 los diputados que votarán en contra de esta solicitud: Oscar Vera Fabregart de Conciencia Popular; los 3 del PVEM; cinco del PAN, y ahora los seis de Morena. En total son 27.
Aun así, la esperanza sería que el PRI restara votos personales tanto a Morena como al PAN, pero con su coordinador desactivado por el Covid-19, el gozo cayó al pozo y será difícil que superen la prueba.

SER O NO SER

Es el dilema que en lo inmediato deben resolver tanto el Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien al parecer ya no está en un lecho de rosas pues dondequiera le llueven abucheos y reclamos; así como los partidos de la Oposición, que requieren mucha sensatez y pragmatismo para unirse, o en las próximas elecciones serán borrados del mapa.
Por encima de la mala experiencia de la coalición Por México al Frente, que agrupó al PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, con Ricardo Anaya al frente; la Oposición se une otra vez, o será vencida, no hay de otra y en éste caso tendrá que integrar un frente amplio que converja en el anhelo por más y mejor democracia.
A la mejor no necesariamente uniendo colores, solo no haciéndose sombra y respaldando al mejor posicionado para ganarle a Morena, o sea, “una victoria sin campo de batalla”, pues “la unión hace la fuerza”.
Al desdeñar la diversidad de pensamientos, sustrato de toda democracia, y proponer que sólo haya conservadores y liberales, AMLO se mira autoritario y nada prometedor en el ánimo de perfeccionar nuestra democracia.
Disentir del gobierno no es delito sino un derecho en un ámbito democrático, así que esos que en Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Oaxaca, Tabasco, Puebla, Hidalgo, Tlaxcala y Morelos lo abuchearon y exigieron “atender las demandas del pueblo en vez de saludar a la mamá del Chapo”, están en su derecho.

ENOJOS TRIVIALES

Cierto, ha caído la imagen del Presidente, pero AMLO aún está en niveles aprobatorios que ya quisieran sus pares latinoamericanos y hasta Donald Trump, y eso tampoco justifica la satanización a sus detractores, a los que debería ganarse con obras y respeto, no tachándolos de “conservadores”.
Lapidar al influencer que llamó “chocoflan” a su hijo menor, muestra que ya no acepta bromas como en la campaña, aunque sirve para resaltar que no es la primera vez que su cónyuge, Beatriz Gutiérrez Müller, nos remonta a los tiempos de Carmen Romano de López Portillo o Marta Sahagún, al entrometerse en asuntos de Estado, que no son de su competencia, amén de olvidar que el que se enoja, pierde.
Es como si el gobernador JMCL se ofendiera por llamarlo “Güero”, o el de Campeche, Carlos Miguel Aysa, trinara por decirle “Negro”, o Jaime Rodríguez, por nombrarlo “Bronco”. En México los apodos son parte de la cultura popular, sitio común de los cómicos y a veces, son fugaces y desapercibidos, como en este caso.
No es posible que algo tan trivial cause tanto revuelo o mejor, como es posible que le dedique más tiempo que al tema de la creciente criminalidad. ¿Será una cortina para evitar que se hable de que la relación AMLO – Pueblo ya no es tan tersa como antes? El hecho es que la sociedad necesita resultados porque obras, son amores ¿No cree usted? ¡Felicidades papás!

margarita_basanez@yahoo.com.mx