Horacio Sánchez, ¡ya vete!

  • Existe una lista larga de tropelías que durante su período como gobernador le hizo a la ciudad de San Luis Potosí.

Desde que ejerció su administración como gobernador del Estado Horacio Sánchez Unzueta manifestó su deseo incontrolable de realizar actividades de Presidente municipal de San Luis Potosí. Estorbando abiertamente al entonces presidente municipal Luis García Julián, llegando al punto de disponer de manera directa de los recursos del llamado ramo 26 y 33 para hacer obra pública coordinada por el mismo gobernador.

Horacio Sánchez Unzueta durante su etapa como estudiante de bachillerato y en la facultad de derecho estuvo siempre incorporado a un grupo con tendencia abiertamente religiosa que se auto denominaban “Conejos”, tenido su punto de reunión en una casa habitación en la calle Mariano Ávila a media cuadra de la avenida Carranza.

Horacio Sánchez recibió mucha influencia de parte de la familia Nava Calvillo, al extremo de casarse con Concepción Guadalupe Nava Calvillo.

Tuvo también una gran influencia por parte del arquitecto Francisco Javier Cosío cuñado de la madre de su esposa y de profesión arquitecto.
Horacio Sánchez Unzueta tuvo un gran alejamiento con su padre que debido a su carácter de ex militar no pudo adaptarse a su educación y a la muerte del general Leandro Sánchez padre Horacio adoptó como figura paterna entre otros al arquitecto Francisco Javier Cosío.

El arquitecto Cosío siempre tuvo el anhelo de remodelar toda la ciudad capital para convertirla a su capricho. El arquitecto Cosío tuvo el respaldo del gobernador Antonio Rocha y empezó a “remodelar” la plazoleta del Carmen, la plaza de San Francisco a las que quitó su traza original.

No le alcanzó la administración de Antonio Rocha para qué lo respaldara y realizar más remodelaciones, pero le heredó a Horacio Sánchez la inquietud por transformar la ciudad de San Luis Potosí.

Una vez que Horacio Sánchez accedió a la gubernatura empezó a utilizar recursos de todas partes para “remodelar” destrozar la Alameda Juan Sarabia, la plaza de los fundadores, la calle Hidalgo, a la calle de Zaragoza le quitó su vocación original, también reformó la avenida Carranza en sus tres primeras cuadras.

Mandó construir un arco sin sentido en el cruce de reforma y Carranza y en el jardín de Santiago sobre la avenida Damián Carmona.
Solamente quien todas estas “remodelaciones” hubo un gran saqueo de piezas históricas como en la Alameda el globo terráqueo de una fuente que tenía a su alrededor ocho ranas de 20 cm construidas en jadeíta, asimismo desaparecieron tres fuentes policromas que representaban aguadoras al tamaño natural, también desaparecido la escultura de un león policromo que se encontraba en el lado poniente de la Alameda.

Pero también desmanteló piedra por piedra y la desaparecido la fuente que se encontraba en el centro de la plaza de fundadores y que tenía iluminación de diferentes colores que la convertía por las noches en un espectáculo.

Pero se robaron también una cruz de estilo barroco labrada en cantera que se encontraba entre los templos de Loreto y la Compañía de Jesús con un gran valor histórico.
Durante su administración se “perdió” la mesa en mármol traslúcido verde montado en una estructura de caoba sobre el que Benito Juárez firmó la sentencia de muerte de Maximiliano de Habsburgo.

Y existe una lista más larga de tropelías que durante su período como gobernador le hizo a la ciudad de San Luis Potosí.

Ahora que un sobrio de su esposa es presidente municipal le ha indicado que integre una comisión de rescate del Centro histórico la cual preside el mismo Horacio Sánchez para remodelar la ciudad pero como en este momento no hay recursos económicos está induciendo a su sobrino político Xavier Nava para que enajene terrenos propiedad del ayuntamiento que estaban destinados para hospitales y escuelas.