Ni militarización, ni fracaso; el problema es el crimen organizado

Sin analizar el escenario de la inseguridad, ni la reconfiguración del crimen organizado, ni la letalidad de las bandas, ni el regreso de capos a controlar municipios y funcionarios, la percepción de fracaso de la Guardia Nacional y la calificación de militarización a la participación constitucional de militares en seguridad pública es engañosa y al final beneficia a las bandas criminales que nunca han querido a los militares como guardianes de las leyes.
De ahí la importancia de algunas puntualizaciones:

1.- No se trata de meter a militares en labores de seguridad. En diciembre de 2006 el presidente Calderón se ajustó a mandato constitucional de usar a las fuerzas armadas en labores de seguridad interior. La ley para regular esa participación que aprobó el presidente Peña fue abrogada por la Corte.

2.- Los militares siempre han participado en acciones de apoyo a la seguridad pública por razones de seguridad interior. De nueva cuenta vale el esfuerzo repetir qué es la seguridad interior en las doctrinas del Colegio de Defensa Nacional: “condición que proporciona el Estado mexicano para salvaguardar la seguridad de sus ciudadanos y el desarrollo nacional mediante el mantenimiento del Estado de Derecho y la gobernabilidad democrática en todo el territorio nacional”. Es decir, la seguridad interior es la fusión de seguridad con desarrollo y bienestar.

3.- Los militares de manera formal participaron en labores de apoyo a la seguridad pública de diciembre de 2006 a noviembre de 2018 y nunca se salieron del carril de la seguridad pública; en ese tiempo se habló de militarización del país, pero nunca hicieron labores de otro tipo.

4.- A lo largo de dos sexenios hubo muchas quejas por excesos de fuerza de militares en seguridad pública, pero todos fueron atendidos, investigados y sancionados. Más aún, la Secretaría de la Defensa Nacional creó su dirección general de derechos humanos que atendió quejas antes de llegar a la CNDH. Todos los militares en acciones de seguridad llevaban consigo una tarjeta con las reglas de respeto a los derechos humanos.

5.- El gobierno de López Obrador ha extendido participación al ejército en labores civiles, pero no para guardar el orden sino para realizar actividades productivas. Las razones fueron claras: lealtad, eficiencia y sobre todo honestidad. La participación militar en la construcción del aeropuerto no militariza la industria de la construcción, sino que los soldados al servicio del Estado realizan obras civiles.

6.- La participación militar en labores de seguridad pública ha merecido la aprobación del 85%, contra 60% de la policía federal, 48% de la policía estatal, 39% de la policía municipal y 70% de la Guardia Nacional. Es decir, a nivel sociedad no existe temor a la militarización y el grado de confianza hacia los militares es el mayor entre todas las fuerzas de seguridad.

7.- El problema central con las bandas criminales radica en su letalidad y su capacidad de adquirir armas en los mercados ilegales de armas de México y los EE. UU. Las fuerzas armadas son las únicas instancias de seguridad con mayor capacidad de fuerza disuasoria.

8.- Hay que repetirlo: a la participación de las fuerzas armadas en seguridad le hace falta la Ley de Seguridad Interior, el Programa para la Seguridad Nacional y la funcionalidad de la hoy ineficaz comisión bicameral de seguridad nacional del Congreso.

9.- No hay militarización porque los civiles tienen el control de todas las oficinas y acciones no militares; congreso, Corte, gubernaturas, municipios, etcétera.

10.- Y de manera sencilla: si los militares no entran a seguridad interior, los cárteles seguirán avanzando en el control del Estado.

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Más vale prevenir…
Aún con restricciones de reuniones presenciales, el Centro Nacional de Prevención de Desastres celebró su 30 aniversario, nacido por los terremotos de 1985. La participación central fue del coordinador nacional de Protección Civil, David León. En la reunión, presidida por el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana. Alfonso Durazo Montaño, se presentó un avance indispensable y urgente: la “Guía para la prevención, preparación y la gestión de emergencias en el contexto del COVID-19”, además de otras emergencias previsibles.

Política para dummies:

La política es la capacidad de entendimiento riguroso de la realidad.

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