Al argentino, que vive entre su país y España, la pandemia le pilló en Madrid, donde se entrenaba para regresar al cuadrilátero. Tras seis años retirado, tenía previsto pelear el 6 de junio.
«Tenemos que ver en qué fecha nos permitirán hacerlo. Hay una incertidumbre brutal en todos los deportes. No sabemos lo que puede pasar. Vamos a ver lo que viene, ojalá que el boxeo se active. Creo que en septiembre estaremos viendo boxeo… aunque es más un deseo que un pálpito. Ahora mismo todo puede cambiar en un momento, pero mi regreso al boxeo es cuestión de tiempo», apuntó. Y lo será con o sin aficionados en las gradas. «Con mi edad no tengo ganas de esperar un año y medio para poder hacer ese combate. Con público sería mucho más bonito, pero hay que ser conscientes y consecuentes con el presente que tenemos», añadió.
Su futuro tras ese pleito es una incógnita. Hay muchos nombres con los que se le ha relacionado, pero el nueve veces campeón mundial pone mesura. «Lo importante es pelear, más allá del resultado. Yo subo al ring, supongamos que gano, pero me pegan y me parece que me duele más de lo que acordaba. Diré: ‘Damas y caballeros muchas gracias por los servicios prestados, adiós’.
