Aflora la crisis económica entre los potosinos

A 27 días de que concluya la cuarentena debido a la contingencia sanitaria, la crisis económica se ha hecho presente en los bolsillos de un gran sector de la población, como lo demuestra la larga fila de personas, de casi dos cuadras, afuera del edificio del Nacional Monte de Piedad, para empeñar sus pertenecías y obtener algo de dinero, que les permita seguir subsistiendo mientras la situación se normaliza.
Para muchos potosinos la situación ya es desesperante, los ahorros, quienes los tenían, se han acabado, otros vivían al día, para muchos más, principalmente los que se dedican al comercio informal, sus entrada se han reducido a casi nada. El dinero se acaba y la comida ha comenzado a escasear.
No les ha quedado de otra que tomar los artículos de valor, el reloj del padre, los aretes de la abuela, la medalla de la madre e ir al Monte de Piedad para empeñarla, con la esperanza de que vendrán tiempos mejores y podrán recuperar sus prenda de gran valor sentimental.
Para algunos ya es la segunda o tercera vez que acuden al Montepío. La prenda más común ha sido los teléfonos celulares, los relojes, alguna pequeña joya, para seguir con electrónicos como pantallas, las televisiones análogas ya no las reciben, son obsoletas; el horno de microondas, siempre y cuando no presente ninguna despostillada por dentro, la plancha en buen estado, sin embargo por este objeto reciben solo unos cuantos pesos, “al menos para la comida de hoy”, comentó una señora a la salida de la institución.
Quienes más resienten la crisis económica son las personas que se quedaron sin empleo, De acuerdo a declaraciones de sus dirigentes, al inicio de la contingencia, la mayoría de los comercios del Centro Histórico no estaban en condiciones de pagar a sus empleados, tras el cierre de los negocios. El empleo lo tienen seguro, pero por lo pronto no están cobrando.
En la misma situación, sin percibir ingresos fijos se encuentran los meseros, los cantineros, los músicos y quienes viven del espectáculo, pues todas estas actividades tienen ya varias semanas suspendidas.
Por una situación difícil pasan los taxistas y los operadores de Uber, cuyos pasajes se han reducido considerablemente, hay algunos que realizan solo dos o tres viajes en su turno, “no sacamos ni para la gasolina, menos para la liquidación”, indicó un ruletero quien dijo que no tiene dinero ni para comer.
De acuerdo a las autoridades sanitarias, mayo será el mes más difícil de la pandemia del Covid-19 y ante el relajamiento de la gente, existe el latente riesgo de que esta se pueda volver a extender más allá del 30 de mayo.
Para estas personas, que hoy hacen fila en el Nacional Monte de Piedad, también lo más difícil está por venir.