Otro abril negro para México; en 2009 fue el virus AH1N1 y en 2020 es el COVID-19

Las cifras por la epidemia de influenza AH1N1, que paralizó a la Ciudad de México entre abril y mayo de 2009, durante nueve días, ahora palidecen ante la pandemia del coronavirus.

Mientras al término de la contingencia en la capital del país por influenza sólo se registraban mil 450 casos en todo el mundo, por COVID-19 ya suman más de un millón de casos por contagio en 206 países.

A 11 años de la influenza y ahora ante la pandemia más crítica que amenaza al mundo desde la gripe española de 1918, el exsecretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, dijo que “lo que enfrentan otros países, donde a falta de respiradores o ventiladores desconectan a una persona, porque ya tiene más de 80 años, para dárselo o ponérselo a un paciente menor de 60, es criminal. Eso es lo que a mí me aterroriza, que vayamos a enfrentar alguna situación así”.

Los países que en aquel entonces enviaron insumos médicos a México para superar la influenza AH1N1, son precisamente los mismos que ahora tienen las cifras de contagio y muertes más elevadas: España, Estados Unidos y China.

José Ángel Córdova, secretario de Salud durante la gripe AH1N1, fue uno de los funcionarios más criticados por haber declarado un estado de emergencia sanitaria y distanciamiento social en el Valle de México para evitar el contagio acelerado.

El 24 de abril de 2009 se cerraron 5,200 escuelas públicas y 3,965 privadas y se envió a casa a cerca de un millón 800 mil alumnos. Se suspendieron las actividades de la administración pública federal y se cerraron temporalmente establecimientos escolares, de culto religioso, estadios, teatros y cines, restaurantes, bares, cabarets, centros nocturnos, discotecas, etcétera.

“Muchos quisieron criticarnos, pero la historia nos ha ido dando la razón”, aseguró en entrevista.

La respuesta que tuvo México frente a la influenza AH1N1 quedó como un modelo sobre cómo un país debe responder ante la aparición súbita de una epidemia.

“Resulta importante destacar que México respondió de la mejor manera y a tiempo, dado que el evento fue una sorpresa al tratarse de un brote de virus mutado. La transparencia en la información a nivel internacional y las medidas de contención del contagio a nivel nacional y local en la Ciudad de México muestran responsabilidad, agilidad y madurez de las autoridades de la ciudad, del sistema nacional de salud y del país”, establece el informe La evaluación preliminar del impacto en México de la Influenza AH1N1, elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

México fue la Corea del Sur en 2009, porque aplicó medio millón de pruebas de laboratorio, un número muy similar al del país asiático, el cual ha contabilizado casi 400 mil pruebas para los casos de COVID-19.

“Nosotros tuvimos 72 mil casos comprobados de influenza en México y mil 316 muertes del 23 abril de 2009 al 30 junio de 2010, es decir, en 14 meses, porque aplicamos medio millón de pruebas, para poder tener una certeza y una visión objetiva de cómo iba creciendo la pandemia”, recordó Córdova Villalobos.

EPICENTRO 

México se puso en el centro del mundo el 23 de abril de 2009, cuando las pruebas hechas por el Laboratorio Nacional de Microbiología de la Agencia de Salud Pública de Canadá y en la División de Influenza del CDC de Atlanta, Estados Unidos, a más de 40 mexicanos, entre éstos el niño Édgar, de 5 años, originario de Veracruz, identificaron plenamente el nuevo tipo de virus AH1N1 encontrado en las muestras tomadas.

Esta noticia la recibieron en el Salón Sepúlveda del edificio de la Secretaría de Salud, ubicada en la calle de Lieja, Ciudad de México.

“Cuando terminamos de hablar en el speaker con la gente de Canadá y de Estados Unidos, se desató ahí una discusión de varias horas. Éramos un panel de entre 10 y 12 expertos, incluido el Consejo General de Salubridad, que asesorábamos al doctor Ángel Córdova. En todo momento, creo que a todos nos quedaba claro  que nuestro papel era solamente expresar nuestra opinión al secretario y, a veces, defender nuestro punto de vista airadamente”, recordó Alejandro Macías, excomisionado Nacional para la Prevención y Control de la Influenza.

Macías también recordó toda la presión que cargaba en ese momento el secretario Córdova, porque las opiniones estaban divididas entre quienes consideraban que se debía paralizar al Valle de México y quienes se oponían.

“El secretario se encontraba bajo muchísima presión, que supongo es la misma en la que se encuentran ahora las autoridades, porque este tipo de decisiones van a ser cuestionadas por siempre”, dijo.

De inmediato, luego de recibir los resultados de los laboratorios de Canadá y de Estados Unidos, el secretario de Salud informó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la aparición del nuevo virus.

Luego de más de cinco horas de discusión en el panel reunido a Lieja, el secretario de Salud se dirigió a la residencia presidencial de Los Pinos y se reunió con el entonces titular del Ejecutivo federal Felipe Calderón Hinojosa.

Desde esa sede se emitió un mensaje de tres minutos a las 11 de la noche, el jueves 23 de abril, en cadena nacional.

“Se ha tomado la decisión de suspender actividades escolares en todos los niveles educativos, incluyendo guarderías de todo el país, a partir del día de mañana (martes) y hasta el día 6 de mayo”, recordó.

SIN EVENTOS

A partir del 24 de abril al 6 de mayo de 2009, que duró la emergencia sanitaria, se suspendieron 500 actividades públicas en la Ciudad de México. Los partidos se jugaron a puerta cerrada, como Pumas vs. Chivas y América vs. Tecos. Se interrumpieron los festivales del Día del Niño. Se canceló el concierto de Ha*Ash en el Auditorio Nacional. La Cineteca suspendió la clausura del ciclo “Gurruchaga” y se cancelaron las obras de teatro “Defendiendo al cavernícola” y “Las cuatro estaciones”, protagonizada por Ludwika Paleta y Bruno Bichir, en el teatro San Rafael.

A falta de la calle, el 2 de mayo, los mexicanos disfrutaron como nunca la pelea televisada de box, entre  Manny Pacquiao y
Ricky Hatton, en el MGM Grand de las Vegas, Nevada ambientada con una atmósfera emocionante frente a 16,262 espectadores. El filipino ganó en el segundo round.

VIRUS MENOS LETAL

Al final de la emergencia sanitaria en el Valle de México, el secretario de Salud reconoció que el virus era menos mortal de lo que se previó, pues tenía una tasa de letalidad de 0.01 por ciento, a diferencia del COVID-19, que tiene una tasa global de 5.2 por ciento. Así que a partir del 6 de mayo, la Ciudad de México fue recobrando poco a poco su vida.

“El coronavirus tiene una mayor tasa de letalidad. Sí es mucho más agresivo que la influenza. Lo preocupante con este nuevo virus es que no hay un sólo medicamento que funcione hasta ahora de manera correcta. Ésa es la gran diferencia y lo que nos obliga a tener mucho más cuidado en esta pandemia que estamos viviendo. El distanciamiento social tiene que ser todavía mucho más severo”, consideró José Ángel Córdova Villalobos.

También los funcionarios de ese momento creen que tuvieron un gran golpe de suerte y de planeación, porque el millón 126 mil tratamientos completos que compraron de oseltamivir cinco años antes esperando la gripe AH5N1, por orden del entonces secretario Julio Frenk, resultó que sí funcionó para curar la influenza.

“Fuimos todo un grupo de personas que trabajamos en la reserva de medicamentos, que era el oseltamivir, pues se esperaba que llegara a México la influenza AH5N1. Y ese medicamento, no solamente fue útil, desde el punto farmacológico, sino que dio mucha tranquilidad a la población”, afirmó el doctor Macías.

Tanto José Ángel Córdova, como Macías, están convencidos que tanto los médicos como los epidemiólogos que ahora enfrentan la crisis de COVID-19 están entre los más calificados del mundo por la experiencia que atravesaron durante la epidemia de 2009.

“Tenemos un sistema sanitario mucho más sólido que en 2009, porque todos, médicos, enfermeras, aprendimos mucho de esa experiencia. El personal es de primer nivel mundial, que sabe atender este tipo de emergencias. Sin embargo, creo que esta vez es imposible mejorar los resultados si no se tiene con qué trabajar. Eso sí preocuparía.

“Es algo absurdo que los queramos mandar a la guerra sin fusil, hay que darles todo lo que necesitan para protegerse ellos y todo lo que necesitan para ayudar a los enfermos. Insisto, éstas no son épocas de austeridad, son épocas, en donde hay que trabajar con todo”, concluyó Córdova.