Seguridad y defensa: La madre de El Chapo distorsionó estrategia de seguridad

No se sabe si fue planeado, se ignora si no se pensó en los efectos y nadie tiene información racional que explique el saludo informal y afectuoso del presidente López Obrador con la madre de El Chapo.

Lo cierto es que no era necesario ese encuentro público, a menos que se quisiera enviar un mensaje estratégico. Y si fuera parte de un plan, entonces las justificaciones posteriores fueron de sorpresa por el impacto social causado por ese saludo.
Sólo ha quedado claro una cosa: el apoyo institucional del gobierno mexicano a la madre de El Chapo para convencer a los estadunidenses de que le otorgaran una visa humanitaria que le permitiera ir a la prisión a verlo no necesitaba de la presencia presidencial. Ya estaba en curso. Lo que le dijo el presidente a la señora Loera de Guzmán fue sólo la reiteración de lo ya dicho: varias dependencias apoyarían a la señora ante los EE. UU., en lo que, sin duda, el gobierno mexicano tiene la obligación de atender solicitudes de sus ciudadanos sin calificar la calidad del solicitante.
Pero las circunstancias nacionales son otras: la estrategia de seguridad de seguridad de 2006 a 2018 llevó a las fuerzas de seguridad a confrontarse en una guerra contra el Cártel de El Chapo –y otros–, con saldos de soldados, policías y civiles muertos.
La estrategia de seguridad del gobierno actual es la de no perseguir capos y crear condiciones para una tregua de la violencia, aunque sigan los arrestos por circunstancias inevitables.
Pero la gran duda que rondaba entre fuerzas de seguridad y ciudadanos, sin capacidad de penetrar los secretos del Estado, era si había una negociación en curso para pactar la paz.
Porque una cosa es no perseguir para bajar homicidios y otra negociar con el adversario.
Una negociación así implica concesiones mutuas, aceptación de cesión de territorios a los narcos, elusión de confrontaciones a balazos. En toda negociación entre Estado y criminales, siempre sale perdiendo el Estado porque de modo natural cede territorio de su soberanía a los malandrines.
Ahí, en este escenario, se debe aclarar el caso del saludo presidencial a la madre del narco y criminal número uno del siglo XX. Si hay pacto con narcos, tiene que decirse. Si fue una ingenuidad, cabe una disculpa sincera. Si los narcos movieron las redes sociales para capitalizar un incidente sin importancia, la estrategia de seguridad nacional debe castigar a esos malandrines que usaron la imagen presidencial para sus beneficios criminales.
Lo que queda claro es que no habrá visa humanitaria, que El Chapo ya pactó otras cosas con el gobierno estadunidense y entre ellas nunca pensó en ayudar a su madre, y que hay, dicen, 16 mil millones de dólares de narcofortuna del capo que la familia, el gobierno mexicano y el gobierno estadunidense quisieran obtener.
La figura presidencial es una instancia de seguridad nacional del Estado y de la sociedad y nadie puede usarla para asuntos que no formen parte de una estrategia de defensa de la soberanía nacional.
Luego del saludo, el Cártel de El Chapo se mueve como si contara con la bendición presidencial.
Hasta donde se sabe no es así, Pero el aprovechamiento de ese saludo por parte del cártel sinaloense debe servir de lección a la estructura de seguridad mexicana para asumir que en seguridad no hay ingenuidades y que los mensajes no deben beneficiar a los malandrines.

Ley de la Omertá

No son todos, por supuesto, pero de El Chapo es de quien más se ha escrito en su labor como capo. Aquí una breve lista para lecturas de confinamiento por el virus. El Chapo ha sido una figura atractiva para la narrativa: tres arrestos, tres fugas y hoy condenado a morir en prisión, mientras su cártel sigue creciendo en poder, dinero e influencia:
• En 2009 el periodista José Reveles publicó el libro El cártel incómodo. El fin de los Beltrán Leyva y la hegemonía del Chapo Guzmán. En este libro se cuanta una de las muchas versiones del imperio del Chapo.
• En 2010 Rafael Rodríguez Castañeda, entonces director de Proceso, coordinó El imperio del Chapo con el apoyo de reporteros y analistas de la revista. Fue el primer acercamiento a la figura del entonces jefe del Cártel de Sinaloa.
• En 2010 el periodista estadunidense radicado en México Malcom Beith publico el libro El último narco: Chapo. El libro reconstruye el ascenso de El Chapo entre arrestos, fugas y asesinatos.
• En 2014 Reveles publicó el libro El Chapo: entrega y traición, una historia periodística de su captura en ese año en Mazatlán Sinaloa, su encarcelamiento y su tercera fuga de Almoloya. La captura de 2014 fue posible por la acción de las fuerzas de seguridad, pero por traiciones internas en el cártel.
• En 2015 el periodista Raymundo Riva Palacio publicó el libro La segunda fuga de El Chapo. Crónica de un desastre.
• Y sobre el último juicio de El Chapo que lo llevó a la sentencia de cadena perpetua se pueden revisar: El Chapo Guzmán. El juicio del siglo, de Alejandra Ibarra Chaoul, y El juicio. Crónica de la caída del Chapo, de J. Jesús Esquivel.

Zona Zero

• Mucha preocupación en las oficinas de seguridad por la ola de saqueos de bodegas departamentales por bandas improvisadas, pero con buena capacidad de organización. Muchos de esos robos ni siquiera se denuncian por las amenazas de los asaltantes. En algunos casos ha habido balzos entre delincuentes y guardias de seguridad privada con armas legales, lo que quiere decir que se trata de bandas dispuestas a lo que venga. En las estimaciones oficiales se prevén más robos y luego vendrían los saqueos de tiendas de comestibles por personas clamando que no tienen que comer.
• Las cifras oficiales diarias de seguridad revelan que la pandemia no ha bajado las cifras de violencia y hay, en marzo, un promedio de 82 asesinatos violentos diarios. Y la cifra también está aumentando a un aumento.

El autor es director del Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.
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@carlosramirezh