Coronavirus: entramos en el tiempo de la investigación

El coronavirus SARS-CoV-2 nos ha demostrado con tremenda crudeza el poder que tiene un pequeño virus.

Y cómo puede afectar a la estabilidad social y económica mundial, sobre todo con un estilo de vida tan globalizado que ha favorecido su rápida diseminación.

Es algo que los que investigamos en virología y enfermedades infecciosas ya nos temíamos hace tiempo.

Es importante explicar que, al contrario que frente a las infecciones con las que convivimos, ninguna persona tenía inmunidad previa. Por ello, todos somos vulnerables.

Una parte importante del problema, además de la gravedad propia de la infección en sí, es que la avalancha de enfermos ha llevado al límite al sistema sanitario, en España y en otros países.

Pero, además, desconocemos el número de personas que, cuando controlemos esta oleada de la pandemia, no habrán sido infectadas y, por tanto, seguirán siendo sensibles a la infección.

Algunas de estas personas podrán sufrir gravemente, pero también habrá muchas personas que podrán actuar de vehículo silente del contagio.

Un exhaustivo diagnóstico y un seguimiento de los pasos del virus, que va dejando pistas según va mutando ligeramente, nos permitirán contribuir científicamente a parar los contagios y cerrar esta primera y trágica etapa.

Sin embargo, no podemos seguir indefinidamente aislados del mundo, con sus implicaciones personales, sociales y económicas, como principal manera de proteger a la mayoría de personas todavía vulnerables y al sistema sanitario. Tenemos que salir de esta etapa aprovechando sus enseñanzas al máximo.

La alternativa es encontrar formas de combatir el virus con la investigación.

El colectivo español de investigadores en el área de la biomedicina, apoyados por colegas de otras muchas áreas, es consciente de la gravedad de la amenaza.

Por ello, estamos ya volcados en aplicar nuestro conocimiento y nuestra capacidad técnica a encontrar soluciones.

Esta es ahora nuestra prioridad. Están surgiendo muchas iniciativas y muchas buenas ideas. En el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el CSIC, se están organizando en la Plataforma Temática Interdisciplinar de Salud Global, para ser aplicables a la clínica y a los otros frentes de lucha contra el virus en el más corto espacio de tiempo posible.

Será esencial entender a fondo cómo funciona esta infección para encontrarle su talón de Aquiles y, así, atacarlo con antivirales diseñados a tal fin.

Empezaremos por lo que ya sabemos de otros virus, como su hermano el SARS-CoV de 2002-2003, pero aún hay mucho por conocer de ambos.

Mientras buscamos los flancos débiles del virus, hay que ponerse de inmediato a probar medicamentos que se emplean en alguna otra dolencia o fármacos experimentales que hayan demostrado su inocuidad en personas en ensayos clínicos previos.

Se pueden seleccionar primero los mejores candidatos mediante ensayos en laboratorio o enfoques computacionales.

Se escogen después los que evitan la multiplicación del virus en células en cultivo.vidad real, esto pensando ya en futuras oleadas de la enfermedad.