¿Adiós al PRI?; ¿hora cumplida?, ¿la tumba de Calles?

El 4 de marzo el Partido Revolucionario Institucional habrá cumplió 91 años desde que fue anunciado en 1928 como partido del Estado y 92 desde su fundación formal en 1929. Sería el partido mas longevo en el mundo, con excepción de tres partidos vigentes en Inglaterra. De haber tenido el 100% de todas las posiciones de elección federal, estatal y municipal en 1929, el PRI se ha achicado a 13% de voto presidencial y 9.5% en cada una de las dos cámaras legislativas.

El PRI llegó a ser la envidia de partidos modernos. Su permanencia en el poder de 1929 a diciembre del 2000, nada despreciables 71 años, sorprendió a propios y extraños. En el 2000 el conservador y católico Partido Acción Nacional le ganó la presidencia de la república con más de 6 puntos porcentuales de ventaja, en el 2006 el PAN y López Obrador lo enviaron a tercer sitio con 22% de los votos, en el 2012 el PRI de manera sorpresiva reconquistó la presidencia con el 38% sobre la popularidad del perredista López Obrador y en el 2018 el mismo expriísta López Obrador lo hundió en un bajo tercer sitio.

Durante años se quiso encontrar un secreto maligno, medio faustiano, para explicar el dominio del PRI de la presidencia. En realidad, no hubo secretos sino una estructura de poder en tres espacios:

1.- El PRI fue, en el modelo Easton de sistema político, el partido-sistema como el espacio para resolver problemas, bajo la mano autoritaria-suave del presidente de la república en turno. El PRI sustituyó en 1929 el modelo de gobierno de caudillos.

2.- La fuerza del PRI fue correlativa al poder absolutista del presidente de la república. El modelo presidencial lo describió el ensayista marxista José Revueltas a partir de la teoría de Carl Schmitt: un poder total y totalizador, no totalitario, al frente de un sistema que controlaba en el partido la totalidad de las relaciones sociales. El presidente de la república tenía balo su control los tres instrumentos del poder: la fuerza militar y de seguridad, el presupuesto público y la oficina organizadora de elecciones.

3.-. El PRI sobrevivió crisis graves –rebeliones militares, alzamientos empresariales y el 68 estudiantil con la guerrilla– porque era un partido histórico, un partido que representaba la historia oficial a través de tres instrumentos: poderes presidenciales-partidistas con rango constitucional, la educación como aparato ideológico del Estado (Louis Althusser) y la fuerza militar y policiaca.

El PRI fue anunciado en septiembre de 1928 en su informe de gobierno por el presidente Plutarco Elías Calles, el último de los caudillos. La Revolución Mexicana estalló en 1910, se convirtió en guerra civil, derivó en disputa por el poder y se encauzo en 1917 con la Constitución. La lucha por el poder se centró en la presidencia de la república. Venustiano Carranza promovió la Constitución y fue presidente de 1917 en la primera elección formal. En 1920 fue depuesto por el general Alvaro Obregón, un legendario y simpático militar que no vacilaba en usar la fuera letal contra adversarios; en 1920 Obregón fue candidato presidencial, pero después de haber sacado de la presidencia a Carranza y mandarlo asesinar en su huida a Veracruz.

La gran aportación revolucionaria y sistémica de la Revolución en su proceso constitucional de institucionalización fue haber impuesto el régimen de no-reelección, luego de los 36 años de Porfirio Díaz en el poder, 14 años de Benito Juárez y 20 años del general Antonio López de Santa Anna. En 1924 Obregón se vio obligado a dejar la presidencia, pero uso todo su poder para imponer a Elías Calles como su sucesor y sólo con la encomienda de modificar la Constitución para permitir una o dos reelecciones luego de un periodo intermedio. Lo mismo hizo Díaz: gobernó cuatro años, impuso a su compadre Manuel González como sucesor para modificar la Constitución, la reelección se permitió y Díaz se quedó de presidente de 1884 a su renuncia en 1911 por una revolución antirreeleccionista. Elías Calles cumplió la encomienda, pero Obregón fue asesinado como presidente electo del que quiso ser su primera reelección.

El partido hizo pasar a México, en palabras de Elías Calles como su fundador, de un país de caudillos a uno de instituciones. Y así fue. Pero la clave del PRI no fue la estructura del poder sino la ideología revolucionaria del Estado. El proceso de fin del PRI tuvo estaciones: en 1987 Cuauhtémoc Cárdenas, hijo del legendario presidente nacionalista Lázaro Cárdenas, renunció al PRI, en 1988 el candidato presidencial fue el tecnócrata Carlos Salinas de Gortari que en 1992 borró de los documentos ideológicos del PRI el concepto de Revolución Mexicana y metió a México en el capitalismo puro del Tratado comercial con los EE. UU., en 1994 asesinaron al candidato presidencial priísta Luis Donaldo Colosio después de haber anunciado el regreso del PRI a la Revolución Mexicana y en el 2000 el presidente Zedillo no pudo poner a un candidato propio a la presidencia y el PRI perdió la presidencia.

El PRI regresó un sexenio a la presidencia en el 2012 por el deterioro en la candidatura de López Obrador después de su rebelión en las calles en el 2006 y porque ofreció una modernización que aumentaría la calidad de vida. Sin embargo, el sexenio de Peña estuvo hundido en la corrupción. En el 2018 el discurso populista del PRI fue asumido por López Obrador y el PRI de desmoronó.

En 1983-1985 se dio una inflexión intelectual liberal respecto al PRI: en 1984 Enrique Krauze pidió una transición a la democracia tipo España, en 1985 Octavio Paz dictaminó la hora cumplida del PRI y en 1985 Gabriel Zaid ensayó los escenarios del fin del PRI. El PRI había llegado a su fin: en el 2000 fue derrotado por el PAN y en 2018 fue borrado por López Obrador. La ceremonia simbólica de 92 años del PRI podría ser en la tumba de Calles, el fundador del partido.

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